El dron que graba a 350 km/h y revolucionará las transmisiones de la Fórmula 1
El RBD-1 grabó a la velocidad del RB20, el auto con el que la escudería de Milton Keynes desandará el campeonato 2024, que comenzará el fin de semana con el Gran Premio de Bahrein.
“¿Ese es el dron con cámara más rápido del mundo? ¿Crees que eso puede seguirme el ritmo en una vuelta en un auto de Fórmula 1?”, consulta, con picardía, el tricampeón del mundo Max Verstappen a David Couthard y Liam Lawson durante una de las jornadas que se desarrollaron en el mítico autódromo de Silverstone, donde el 13 de mayo de 1950 la F.1 cumplió con su primera carrera. “Creo que puede ser una de las mejores tomas de la historia de la F.1″, remata el neerlandés, ante la mirada de varios integrantes del equipo de Milton Keynes y a la espera de la vuelta que innovó con las imágenes de alta definición.
El primer examen de velocidad y manejo se hizo frente al RB8, con Coulthard en la butaca. “Veamos si puede vencerme en línea recta”, apuntó el subcampeón de 2001 y ganador de 13 grandes premios en 246 carreras, entre 1994 y 2008. En línea recta, el dron arrasó al auto de 2012 que, al igual que el RB20 con el que Red Bull Racing pretenderá estirar la hegemonía que inició en 2022, fue diseñado por el ingeniero Adrian Newey. “Estos autos, la verdad, no están hecho para este tipo de competencias. Este es el verdadero reto: filmar una toma fluida y bien encuadrada durante toda una vuelta alrededor de Silverstone en un RB20 con Max Verstappen”, desafió Coulthard.
El test del RBD-1 en Silvertone
Los ingenieros tomaron la apuesta y empezaron un desarrollo sencillamente impactante: el dron tiene un año de evolución desde su creación y alcanza los 300km/h en tan solo cuatro segundos; la velocidad máxima es de 350km/h. El aparato es pilotado de modo manual y hasta con un pedal en el pie. La velocidad, la resistencia, el manejo en un dibujo que tiene 18 curvas… algunas de las pruebas que debió superar el dron. “Los autos de F.1 no tienen rival en cuanto a su capacidad para tomar curvas y para desacelerar mediante el frenado”, relata Coulthard, que se preguntó cómo responderá la batería para volar a máxima velocidad durante un giro que tiene 5800 metros. Un dron normal desarrolla velocidades de entre 150 y 180km/h, por lo que los ingenieros repensaron y reformularon un dron FPV. Los dos primeros sufrieron averías de sobrecalentamiento y las pruebas en el campo no resultarían similares a las de Silverstone.
Con el piloto Ralph Hogenbirk, conocido como Shaggy FPV –compatriota de Verstappen- en el box, Gianpiero Lambiase –el ingeniero de MadMax- consultó sobre las virtudes y el funcionamiento del dron y quedó sorprendido al conocer que no se maneja con un rastreador ni se programa para un GPS, sino que es de manejo manual. “¿Estás bromeando?”, se admiró el británico, que es la voz que se escucha en los diálogos que mantiene Verstappen en cada gran premio. “Volar el dron a más de 300km/h es una locura. La estela del auto provoca muchísimas turbulencias al dron. Estoy luchando para mantenerlos estable”, asegura Hogenbirk, que sabe que si no cumple con la estabilidad la señal será caótica y no habrá grabación. El rostro de incredulidad de Lawson, mientras las imágenes se emitían en una computadora, la respuesta positiva al ensayo. El nuevo escalón era filmar a Verstappen a una vuelta.
Para mejorar las prestaciones y el desarrollo se contó con la asistencia de Red Bull Advanced Technologies, uno de los brazos de ingeniería del equipo de F.1. Un diseño más pequeño y aerodinámico ayudó a reducir la masa total del dron en un 10%, aproximadamente, según asegura el medio español Marca, que estuvo presente en la prueba. El duelo con Verstappen, en marcha. “Estas tomas nunca se habían hecho y la calidad es realmente buena. Nunca pensé ver un dron ir tan rápido, da una perspectiva diferente de ver la Fórmula 1″, comenta MadMax, el piloto que pretenderá sellar un tetracampeonato y, ahora, también rivaliza con los drones en una pista.