El Barça se niega a tirar la toalla

Goleada blaugrana con un gran Raphinha y un Cubarsí deslumbrante. El Barça ya es segundo. El Getafe falló en la intensidad, su mejor virtud, y encajó cuatro goles.

Santi Giménez
As
El Barcelona se colocó, como quien no quiere la cosa, segundo clasificado provisional de LaLiga tras completar su partido más solvente en casa desde hace tiempo y borrar del campo al Getafe con un 4-0 contundente. Xavi dijo en la previa que el equipo blaugrana no tiraba la toalla y sus muchachos respondieron con un triunfo sólido en el que aparecieron nuevas piezas en el tablero del entrenador de Terrassa. Cubarsí, Raphinha, João Félix y Fermín fueron protagonistas de un partido que da una semana de tranquilidad a los catalanes ante lo que se avecina.

Xavi Hernández pensó más en las piernas que en las tarjetas (tenía cuatro jugadores apercibidos de sanción de cara al partido contra el Athletic Club el próximo domingo) a la hora de hacer la alineación. El técnico dispuso el mismo equipo que en Nápoles con tres cambios: introdujo a Raphinha por un Lamine sobreexplotado ( y más a su edad) a João Félix por un Pedri que acaba los partidos echando el bofe y a Cubarsí por Íñigo, que está en proceso de regreso aún.

Las tres decisiones parecieron acertadas. João Félix y Raphinha entendieron a la primera de qué iba el partido y se hartaron desde el principio de buscar el espacio gracias a los pases filtrados por un Koundé que parece haber superado su crisis de juego y un Cubarsí que juega con una autoridad impropia de su edad. Claramente, el chaval de 17 años es el mejor defensa del Barça.

Raphinha fue desde el inicio el mejor argumento en ataque de un Barça que no se dejó agobiar por la presión del equipo de Bordalás. Ter Stegen no tuvo problema alguno en sacar el balón en largo cuando era necesario para buscar al espacio a sus delanteros y renunciar a salir desde atrás con el balón controlado.

En una de estas jugadas, iniciadas por Koundé y no por el portero, el extremo brasileño encaró a Soria y marcó el primer gol del partido a los 20 minutos de juego. Aferrados a esta simple, pero efectiva técnica, tuvo el Barcelona ocasiones para dejar el encuentro visto para sentencia antes de que acabara la primera parte.

Una ocasión de João Félix y dos de Raphinha, la segunda al límite de que se señalara el final de la primera parte fue de juzgado de guardia porque en un claro dos contra uno ante el portero rival efectuó un pase lamentable.

Parecía que se repetía en Montjuïc el escenario de Nápoles el pasado miércoles. El Barcelona dominó la primera parte de cabo a rabo teniendo incluso la opción de archivar el partido, pero sólo se fue al descanso con 1-0. Los fantasmas blaugrana podían volver a aparecer en cualquier momento. Los peores temores de los blaugrana se escenificaron cuando a los cinco minutos de la reanudación, Luis Milla desde lejos disparó al palo ante la molicie de Ter Stegen, que llegó justito justito a tocar el balón en un pecado de confianza.

El Barcelona se rehízo del susto desde su mejor jugador, Cubarsí, que sacó un balón espléndido para que Raphinha habilitara a un Christensen sorprendente, que ocupó la posición de extremo derecho para asistir a João Félix, que marcó el 2-0.

El segundo tanto dejó tocado al Getafe y Lewandowski marcó un tercer gol en claro fuera de juego. Si no pasaba nada raro, el partido parecía controlado para los de Xavi y se confirmó poco después cuando Raphinha de nuevo asistió a De Jong para que el holandés marcara el 3-0. Montjuïc vivía, por fin, una tarde tranquila.

Cosa que Xavi aprovechó para pensar en el futuro. Retiró a Christensen y a Raphinha para dar entrada a Oriol Romeu y Vitor Roque, que tuvo tiempo para marcar su segundo gol con el Barcelona, pero su remate lo rechazó Soria y Fermín lo envió a la red completando una goleada que sitúa a los barcelonistas un punto por encima del Girona y a cinco del Madrid. El Barça se niega a tirar la toalla.


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