Diego Martínez trabajó en el equipo de Boca para el superclásico y dejó pistas mezcladas sobre sus primeras intenciones
Cristian Lema, Darío Benedetto y Luca Langoni se sumaron a los trabajos normales tras algunos inconvenientes físicos, pero Marcos Rojo quedó al margen de los equipos de trabajo
Es que el tiempo se pausó ayer por la mañana y la visita al Monumental comenzó a imaginarse en diferentes planos. De repente, el entrenador vio cómo Cristian Lema, integrante de cada una de las formaciones que afrontaron las seis jornadas de la Copa de la Liga, debía entrenarse a un costado, en solitario, por una sobrecarga muscular. Al mismo tiempo, en medio de la práctica, tanto Darío Benedetto y Luca Langoni debieron salir y hacer otros movimientos. “Pipa” sentía un dolor en la rodilla producto de un choque del día anterior, y el juvenil todavía parece estar intentando reencontrándose con su forma física después de un 2023 doloroso para él, entre numerosos desgarros y consecuentes ausencias.
En ese sentido, el jueves tuvo otro color. Los tres, tal como preveía el cuerpo técnico, volvieron a sumarse al resto y fueron parte de un entrenamiento de fútbol informal. Tener al zaguero nuevamente fue de gran ayuda: el técnico empieza a darse cuenta de que el regreso de Marcos Rojo, desgarrado fuertemente en el calentamiento del amistoso de pretemporada ante Gimnasia y Tiro, de Salta, no parece inmediato. De esta manera, no le faltan más defensores de lo debido.
Así las cosas, en uno de los equipos parece haber dispuesto el bloque defensivo ideal: Sergio Romero en el arco, Luis Advíncula y Lautaro Blanco en los laterales y una zaga compuesta por Lema y Nicolás Figal, los ya habituales titulares. En ese mismo equipo, el medio campo fue lo más llamativo: Jorman Campuzano y Ezequiel Bullaude, que viene siendo suplente. Resulta raro imaginar que la estructura no tenga a Ezequiel Fernández. Por eso, entonces, hay que revisar qué contuvo el otro equipo.
Del otro lado, con “Equi” como referencia, la cuestión es más entendible. Martínez puso a su costado a Cristian Medina para que funcionen como el doble ‘5′. Nada está definido, por supuesto. Sin embargo, en el estadio de Lanús, Boca se soltó en el segundo tiempo, justamente, cuando el técnico sacó del costado derecho a Medina y le dio libertades por el medio para ser el conductor… con Fernández como volante tapón. Al menos este jueves, evidentemente, la idea fue similar, pero es ahí donde radica la mayor de las incógnitas.
Ahora bien: en ninguno de los costados de ellos dos apareció el ya intocable Kevin Zenón. Por tanto, si se retorna a la otra formación, se lo encontrará otra vez recostado en la izquierda, como ante el elenco granate. La novedad estuvo en la otra banda: Lucas Blondel, que viene de anotar en el Sur, fue el volante por derecha.
Casualmente, ése fue el puesto que ocupó en el último superclásico disputado en la Bombonera. Jorge Almirón, por entonces el DT, decidió esa maniobra para que Marcelo Weigandt fuera el lateral y Advíncula descansara previo a la revancha de semifinales de Copa Libertadores contra Palmeiras. Aquella función del ex defensor de Tigre no salió bien, tanto en lo colectivo como en lo individual, y Boca cayó 0-2. Las pruebas de Martínez continuarán en estas horas.
Así como “Equi” es una referencia del medio por cómo lo considera el entrenador, en la delantera también hay claridad. Por actualidad, pero también por el peso del apellido. Y vaya si no hay dudas: el hoy indiscutido Miguel Merentiel compartió el ataque con Edinson Cavani en el equipo que tuvo la defensa suplente, pero que –asimismo- en el centro tuvo al tándem juvenil mencionado.
Nombres con aroma a titulares por un lado y por otro. Hay piezas que están claras, pero Martínez también prueba otras variantes que, sin dudas, están en pleno análisis debido a los bajos rendimientos. El DT llegó a esta jornada especial sin una identidad clara y mucho menos un equipo asentado: los interrogantes abundan. Tanto, que ambos equipos, como se observa, se dibujaron en un 4-4-2, como en la última jornada frente a Lanús. Sin embargo, este viernes (y resta el sábado) también pueden existir variaciones y los esquemas seguir trabajándolos: en los encuentros anteriores ha jugado con un 4-3-1-2 y con un 4-2-3-1.
El superclásico está a la vuelta de la esquina, pero –al mismo tiempo- Diego Martínez aprovecha cada segundo del día para trabajar en lo práctico como en lo teórico. En Ezeiza como en su hogar. No es una visita más al Monumental: es todo un examen de su comienzo al mando de Boca. Consciente de ello, al técnico le queda mucho por probar para terminar decidiendo bien.