Desconexión peligrosa en Montjuïc
Sólo 36.803 aficionados acudieron el sábado al Estadi Olímpic para ver el Barcelona-Getafe. Una deriva que empieza a preocupar en el club: es la tercera peor entrada de la temporada.
Además, el partido tenía muchas connotaciones para tener en principio una buena entrada, sobre todo teniendo en cuenta que el horario (16.15h) era propicio para la asistencia masiva de familias, acompañadas de sus hijos. Ni tan siquiera las numerosas ofertas económicas que brindó el club durante la semana fue suficiente reclamo para una afición que parece seguir desencantada con el equipo, por mucho que en las últimas semanas los resultados hayan vuelto a reactivarse.
Evidentemente, tanto Xavi como la plantilla son conscientes que Montjuïc nunca será una olla a presión ni tendrá la mística del Camp Nou, pero tampoco se esperaba que hubiera esta desafección. Y es que de los últimos cuatro partidos que se han jugado en casa (Almería, Osasuna, Villarreal y Getafe), sólo en uno se han superado los 40.000 asistentes, concretamente el que se jugó contra el conjunto castellonense (46.229), que se acabó perdiendo 3-5 y con el anuncio posterior de la dimisión en diferido de Xavi.
El récord de la temporada se mantiene en el Clásico que se jugó el pasado 28 de octubre (1-2) con la presencia de 50.112 aficionados. De hecho, el club se vio tan desbordado por las peticiones, que llegó a vender entradas de baja visibilidad para satisfacer las necesidades.
Ahora viene otra piedra de toque para comprobar si la afición está enganchada o no a este equipo. Se trata del partido de vuelta de los octavos de Champions ante el Nápoles, que se jugará el próximo martes 12 de marzo en Montjuïc. Todo lo que no sea un lleno absoluto se considerará un absoluto fracaso, sobre todo teniendo en cuenta que se trata del partido más importante de la temporada y que el equipo necesita más que nunca sentirse arropado por su gente. Se espera que en los días previos al encuentro, el club y la plantilla hagan varios llamamientos al socio y a la afición para que acuda en masa al campo. El objetivo inmediato es convertir Montjuïc en un mini Camp Nou.