CRYSTAL PALACE 1 - CHELSEA 3 / Vida extra para Pochettino

Los goles de Conor Gallagher y Enzo Fernández sobre la bocina permiten al Chelsea remontar ante el Crystal Palace. Thiago Silva se marchó lesionado.

Pablo Montaño
As
“Everything’s gonna be alright, Chelsea” (“Todo va a salir bien, Chelsea”), en honor a la canción de Bob Marley reproducida por la megafonía del Selhurst Park, se llevaron cantando buena parte del segundo tiempo los aficionados del Chelsea desplazados al feudo del Crystal Palace. Y es que la reciente, y para muchos inesperada, victoria de los ‘blues’ ante el Aston Villa (1-3) en FA Cup les dio motivos para ser optimistas y creer hasta el final. Eso sí, bien harían los seguidores ‘blues’ en ir aprendiéndose alguna canción de Liam Gallagher, por eso de compartir apellido con el héroe de Selhurst Park.

Cuando todo parecía destinado al enésimo traspiés en la competición liguera, tras el golazo inicial de Jefferson Lerma, un doblete de Conor Gallagher, exjugador de los ‘eagles’, y el definitivo 1-3 de Enzo Fernández permitieron al Chelsea llevarse los tres puntos del sur de Londres. El último de los dos goles del centrocampista inglés, anotado en el último minuto de partido, desató la locura tanto en la grada como el banquillos visitantes. El ‘staff’ de Mauricio Pochettino al completo sabía de la importancia de este triunfo.

Europa aún está muy lejos. Incluso se podría denominar dicho objetivo como una utopía. Pero el equipo de Stamford Bridge consigue romper así una racha de dos derrota consecutivas en Premier League (Liverpool y Wolverhampton), y de tres partidos sin ganar, para asentarse en la 10ª posición de la tabla y meter al Crystal Palace, de lleno, en la lucha por la salvación. Con 34 puntos en 24 jornadas, 12 menos que el Aston Villa (5º) o siete de diferencia con el Manchester Unied (6º), el Chelsea tiene motivos para celebrar, pero no demasiados.

No hay quien entienda a Pochettino

Si cada vez más dedos apuntan al banquillo local de Stamford Bridge es porque los planteamientos de Mauricio Pochettino son cada vez más difíciles de entender. A pesar del domininio total y absoluto del balón por parte de los ‘blues’ durante los primeros compases de partido, la posición de Cole Palmer, quien salió al césped de Selhurst Park ejerciendo de falsa referencia ofensiva, restaba sentido al juego del Chelsea.

En el centro del campo visitante, en lugar de estar repleto ‘jugones’ dando fluidez a la circulación, había un abismo, y el cuadro del oeste de Londres terminó pagándolo caro. El 1-0 pudo llegar en el mano a mano de Jean-Philippe Mateta, pero finalmente fue Jefferson Lerma, a la media hora de encuentro y con un zapatazo descomunal desde la frontal del área, quien volvió confirmar otros enésimos 45 minutos espantosos por parte de los pupilos de Mauricio Pochettino. Entre Moisés Caicedo, que pidió falta en dicha acción, y Noni Madueke perdieron el balón saliendo desde atrás y el centrocampista colombiano del Crystal Palace la clavó en la escuadra. Con poco, o nada, los de Roy Hodgson se bastaron para irse al descanso por delante en el marcador.

Canta, Gallagher, canta

Tan pronto como la segunda parte pudo reanudarse, ya que Michael Oliver se demoró varios minutos en aparecer sobre el césped mientras los 22 futbolistas esperaban pasándose el balón y el Crystal Palace amenizaba la velada poniendo algo de música en la megafonía de Selhurst Park, los ‘blues’ consiguieron empatar el encuentro. Un balón al corazón del área de Malo Gusto encontró a Conor Gallagher como rematador en el punto de penalti. Otra ‘ley del ex’ confirmada.

La entrada de Christopher Nkunku, introducido por el técnico argentino tras el descanso, dio mayor dinamismo al ataque del Chelsea. También ayudado por la posición más centrada de Cole Palmer. Sin embargo, en el conjunto del oeste de Londres no hay tarde (ni noche) tranquila, y cuando las cosas parecían ir a mejor para el conjunto visitante llegó el enésimo varapalo en forma de lesión. Thiago Silva, sostén defensivo del Chelsea a pesar de sus 39 años, se marchaba lesionado del encuentro.

Pero si no hay tarde (ni noche) tranquila para los ‘blues’ es por lo malo, pero también para lo bueno. Tenía que ser Conor Gallagher, uno de los jugadores más criticados en lo que va de temporada y exjugador del Crystal Palace, quien apareciera otra vez desde segunda línea, y en el último minuto del partido, para remontar el choque. Los jugadores del Chelsea se lanzaban contra sus propios aficionados alojados en la grada para celebrar el 1-2. Finalmente, y con los pupilos de Roy Hodgson totalmente volcados sobre el área de Djordje Petrovic, Enzo Fernández se apuntó el tanto de la sentencia. Un golazo con recorte y disparo a la escuadra que tranquilizaba, ahora sí, a unos seguidores ‘blues’ que no hacen más que sufrir este curso.


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