Conmoción por la muerte de un boxeador de 23 años que estuvo 38 días en coma tras una pelea por el título

Kazuki Anaguchi había protagonizado el combate el 26 de diciembre del año pasado contra Seiya Tsutsumi. Se desvaneció luego del evento y nunca más recuperó el conocimiento. IMÁGENES SENSIBLES

Según el diario local Sankei Sports, el deportista “perdió el conocimiento y fue trasladado de urgencia a un hospital en Tokio” segundos después de bajarse del cuadrilátero. Le realizaron una operación de emergencia a raíz de este hematoma subdural derecho y, aunque lo habían trasladado de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) a una sala general para continuar el tratamiento, “nunca recuperó el conocimiento” desde aquel 26 de diciembre del 2023. “Posteriormente su presión arterial y otros valores mejoraron, pero no recuperó el conocimiento y quedó en observación”, especificó el portal Hochi sobre el proceso que atravesó.

El evento que tenía en juego el cinturón gallo de la Comisión Japonesa de Boxeo (JBC) se realizó en el Ariake Arena de Tokio con la presencia estelar de Tsutsumi (28 años), quien defendía su corona por cuarta vez. Antes del trágico desenlace, Anaguchi cayó en cuatro oportunidades entre los diversos rounds, pero llegó al final y se decretó su derrota por decisión unánime.

Oriundo de la ciudad de Kishiwada (Osaka), era padre de una niña de un año y estaba juntando dinero para realizar un viaje familiar, aseguró el citado medio japonés. Inició su camino en el boxeo desde pequeño y hasta intentó llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio, pero no pudo superar la fase clasificatoria, lo que lo empujó a dejar la práctica del pugilismo por casi un año. Finalmente, tras un récord amateur de 68 victorias y 8 derrotas, arrancó su camino profesional en julio del 2021 para hilvanar desde allí cuatro peleas consecutivas (récord de 7 victorias (6KO) y 1 derrota).

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