El uruguayo erró cuatro mano a mano increíbles,
el último a lo Takahara, Sarmiento aprovechó y lo empató. ¿Vale la pena
sacrificar esquema y jugadores por alguien que da poco y nada?
Antonio Serpa
Boca perdió el partido por culpa de Cavani. No, no hay error: lo perdió, hay que tomarlo como una derrota. Porque fue de local, contra Sarmiento -uno que pelea el descenso- y porque el
uruguayo tuvo cuatro jugadas bien claritas para liquidarlo cuando
estaba 1-0. No lo hizo fundamentalmente por impericia después de que
Zenón jugara exclusivamente para él, para ponerle esos pases que
tanto se reclamaban, las chances que no tenía frente al arco. Primero
definió de zurda apenas afuera, en una quiso enganchar y ante un roce
voló como una hoja en el viento, en otra le dio al travesaño y la última
fue la pifia escandalosa. Antes de todo eso había hecho un gol, pero
estaba un metro en offside. Cuando era un jugador de fútbol, sin duda hubiera metido las cuatro. Dos o tres seguro. Una como mínimo. Pero ahora que ya no lo es (ojalá me equivoque), no metió ninguna.
Cavani
llegó varios años tarde a Boca, y eso tiene que dejar de pasar. Los
futbolistas tienen que llegar cuando están en actividad, no semi
retirados. Antes, cuando todavía era jugador, eligió el Manchester, España, lo que sea. Y Boca
no debería ser segunda opción de nadie. Los que vienen, que vengan
bien. O que se queden allá, de donde se vienen porque ya nadie los
quiere.
Por Cavani Boca perdió el partido, por
Cavani el técnico modificó el esquema, por Cavani sacrificaron a
Langoni a una posición ridícula que no se acerca ni un poco a lo que es
el chico: un goleador, como solía ser Cavani. A Alfaro lo mataron
por poner a Soldano de 8. Salvando las distancias y las intenciones
-Martínez intentó ser ofensivo-, esto fue parecido. Langoni, muchachos, no es wing y nunca lo será, por más que sea bajito. Es segunda punta, un delantero con un olfato extraordinario que siempre está donde debe. No está para hacer la raya, ida y vuelta, y menos después de la cantidad de lesiones que sufrió el año pasado. Langoni no se merece esto. Y Cavani tampoco.
¿Pudo haber ganado Boca? Claro, debió haber ganado, incluso por más de un gol. No
jugó bien al fútbol pero Zenón tuvo un gran segundo tiempo como
asistente del uruguayo. Sin necesidad de elaboración, tan sólo con pases
precisos -como el de Advíncula a Merentiel en el 1 a 0-, Boca había
creado las situaciones de peligro necesarias. Lo mejor fueron los refuerzos -muy bien Lema atrás- y los peores fueron los de siempre (Campuzano y Pol,
silbados junto a Fabra aun sin necesidad de hacer ninguna boludez en la
final de la Libertadores), los que ya no tienen más lugar, los que
cansaron a todos.
Pasaron
dos partidos y Boca todavía no ganó. En la cuenta que todos hacemos
antes del torneo, estos debían ser seis puntos seguros y fueron apenas
dos. El plantel sigue necesitando un 5 de presencia y jerarquía y un
playmaker: uno que haga jugar al resto, que se prenda en el toque
con Zenón para no cargar de responsabilidades a un chico que recién
llega y que afortunadamente está mostrando sus condiciones, pero que no
puede ni debe vestirse de salvador. Si hay de verdad 28 palos verdes,
como se la pasó diciendo Riquelme, déjense de boludeces y compren jugadores. En lo posible jugadores, no ex. Desde ya, muchas gracias.