Boca le ganó a Central Córdoba, pero no crece y empieza a depender de la vitalidad de Kevin Zenón
En la Bombonera, el equipo xeneize se impuso por 2 a 0 sobre Central Córdoba, sólo con las ráfagas de su nueva figura
Boca llegó al día de los enamorados con algunas desconfianzas. Sí, las que mantiene desde hace meses. Incluso, si se refiere a ciertos apellidos, las peleas vienen desde hace años. El conjunto xeneize estaba urgido: volver a la Bombonera tras la igualdad sin goles ante Defensa y Justicia del sábado (y ganarle sólo a Tigre en la Copa de la Liga) era una nueva posibilidad inmediata de darle una alegría al hincha. De renovar el voto de confianza. De mejorar los números, que no contabilizaban derrotas, pero sí un contraste con lo que esperaban las tribunas: incluso, un funcionamiento más atractivo con respecto al que dejó Jorge Almirón.
Es que también, en algún punto, el hincha se termina perdiendo. Tanta confusión contagia. En abril del año pasado, Luis Advíncula era insultado en aquel partido frente a Deportivo Pereira durante la Copa Libertadores: hoy es uno de los que más aplausos se lleva. En la locura por ver algo diferente, la parcialidad ve una chispa y se entusiasma.
Esa luz hoy la genera Kevin Zenón. Ya Diego Martínez lo ha puesto suelto, como en los primeros encuentros, pero en la noche del miércoles lo colocó como extremo por la derecha. En la posición que fuere, el atacante correntino expone una energía necesaria. Una vitalidad que transmite. Le sobran ganas e inquietud para mostrarse, pedirla, conducir y atacar. A los siete minutos, Zenón encontró todo el espacio por su costado: definió bárbaro el mano a mano, pero Miguel Merentiel puso el pie antes de que ingrese el balón y así el uruguayo sumó su tercera conquista en cinco fechas.
La gente aplaude. Ya empieza a confiar en el zurdo. Como en la firmeza del zaguero Cristian Lema, casualmente dos de los tres refuerzos que llegaron para este semestre. Incluso, empieza a conocer a Lautaro Blanco y le va gustando en el lateral izquierdo para contrarrestar las desaprobaciones que se lleva Frank Fabra.
Todo un síntoma: el hincha pareciera desear ver cosas nuevas y no sólo reconocer a apellidos puntuales. Reclama no poder mirar con orgullo a un conjunto entero. Entonces, el desafío de Martínez sobre el funcionamiento continúa. Necesita que todo lo que aporta Zenón se transforme en algo colectivo. No que la ecuación dé el resultado inverso: que entre todos (o muchos de los niveles bajos) apaguen tanto entusiasmo del volante de 22 años.
Es que, incluso, el conjunto azul y oro coqueteó con el sufrimiento. Promediando el complemento, Sergio Romero se quedó con dos cabezazos. “Para salir primeros hay que poner más huev..!!!”, explotó el estadio entero. Sí, con Boca ganando desde el amanecer del encuentro, pero aburriendo en el segundo tiempo al poner el freno de mano (desde la primera parte) y no avasallar a un rival que se mostraba claramente menor.
Todo se tranquilizó con el segundo tanto, el definitivo. ¿De quién? Sí, Zenón, la figura indiscutida, que conectó un zurdazo tras un centro de Advíncula. Prácticamente, un doblete. Si él está bien, Boca puede crecer. Sin embargo, el plantel no debe cometer el error constante de conformarse con esa sensación.