Así reaccionó ‘El Chapo’ Guzmán tras el asesinato de su hijo Édgar
Los hechos ocurrieron en mayo de 2008, unos días antes de la celebración del Día de las Madres y marcaron un antes y un después en el esquema del Cártel de Sinaloa
Los hechos ocurrieron durante la noche del 8 de mayo de 2008, cuando el joven de 22 años de edad se encontraba en el estacionamiento del centro comercial del Desarrollo Urbano Tres Ríos, ubicado en Culiacán, Sinaloa, junto a sus primos César Ariel Loera y Arturo Meza Cázares; éste último hijo de Blanca Margarita Cázares, alias La Emperatriz.
Los jóvenes disfrutaban de una noche tranquila, cuando un comando armado arribó y abrió fuego en su contra. Minutos más tarde, los cuerpos de los tres yacían en el asfalto sin signos vitales y rodeados de al menos 500 casquillos, según refieren los reportes.
Durante varios años la versión más aceptada fue que la muerte de Édgar Guzmán fue consecuencia de la guerra entre el Cártel de Sinaloa y los Beltrán Leyva, sin embargo, tiempo después surgió una segunda: el asesinato del hijo de ‘El Chapo’ fue ordenado, erróneamente, por Vicente Zambada Niebla, hijo de Ismael ‘El Mayo’ Zambada.
“El Chapo lloró como un niño”: ‘Mini Lic’
En entrevista con la periodista Anabel Hernández, Dámaso López Serrano, antiguo miembro del Cártel de Sinaloa, aseguró que ‘El Chapo’ sufrió la muerte de su hijo intensamente.
“Édgar muere al instante (...) y se supo que había sido una confusión. Quien autorizo el ataque fue Vicente Zambada, con información totalmente equivocada”, recordó el ‘Mini lic’, pues el hijo de ‘El Mayo’ presuntamente creyó que quienes se encontraban reunidos en el lugar eran hombres al servicio de Arturo Beltrán Leyva.
Según recordó el ahora testigo protegido de la justicia de Estados Unidos, cuando Guzmán Loera se enteró provocó una escena difícil de olvidar: se daba vueltas en el suelo, lloraba y golpeaba con el puño la tierra.
“Yo no quería estar muy cerca de esa escena. (...) Gritaba: ¡Mi príncipe!, ¡mi rey!, ¡mi hijo!”, recordó en octubre pasado.
Otra versión de los hechos refiere que, inmerso en su tristeza, ‘El Chapo’ mandó a comprar 50 mil rosas rojas para realizar el entierro de su hijo. Aquel 10 de mayo de 2008 nadie se atrevió a salir a las calles.
Escalada de violencia
Aunque López Serrano aseguró que ‘El Chapo’ se enteró inmediatamente que el responsable de la muerte de su hijo había sido el primogénito de su socio principal, los reportes indican que, tras los hechos, la entidad sufrió una rápida escalada de violencia como consecuencia de la disputa entre los Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa.
En su libro Historia del narcotráfico en México, Guillermo Valdés Castellanos destacó: “A partir del segundo trimestre de 2008, la violencia en Sinaloa y otros estados donde operaban ambas organizaciones estalló con fuerza”.
Por otra parte, la reestructuración del Cártel de Sinaloa no tardó en presentarse. Acorde con datos del Departamento de Justicia de EEUU, Joaquín y Ovidio Guzmán López llenaron el vacío que su hermano dejó pocos meses después, uniéndose a las filas de la organización criminal.
Ese mismo año, Iván Archivaldo Guzmán Salazar, reconocido como el líder de ‘Los Chapitos’, comenzó a tomar decisiones junto a su padre.