Una facción de Los Choneros fue desarticulada en Ecuador
La organización operaba en el cantón Echeandía, situado en la provincia de Bolívar, en los Andes ecuatorianos
El operativo contó con la participación de 53 agentes, incluyendo miembros del ejército de la Unidad de Caballería Blindada Galápagos y efectivos de la Policía Nacional, llevado a cabo durante la noche del sábado 20 de enero. Estas acciones forman parte del estado de excepción y la lucha contra el narcoterrorismo, decretada por el Gobierno Nacional el 8 de enero de 2024.
Los Fatales representan una de las facciones armadas de Los Choneros, la organización narcodelictiva más grande del país, liderada por José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, quien logró escapar de la Penitenciaría del Litoral entre el 25 de diciembre de 2023 y el 7 de enero de 2024. Esta banda tenía sus operaciones en el sector Balerio Estacio de Guayaquil, dedicándose al microtráfico de drogas. La Policía Nacional había señalado que el líder, también conocido como alias Frank, importaba la droga desde Esmeraldas y daba instrucciones a los mandos intermedios de la estructura.
“Los Fatales” y “Los Águilas”, grupos aliados a “Los Choneros”, fueron responsables de la revuelta en la cárcel regional de Cotopaxi el 3 de octubre de 2022, que resultó en la muerte de Leandro Norero, alias “El Patrón”, financista de los principales grupos delictivos en Ecuador. Esta confrontación también tiene un componente internacional con la presencia de disidentes de las FARC en Esmeraldas y Sucumbíos. Diversos grupos como el “Frente Oliver Sinisterra”, “Los Contadores”, “Bloque Occidental Alfonso Cano”, “Frente 30 Franco Benavides”, “Columna Urías Rondón” y “Comandos de la Frontera” ingresan desde Colombia para llevar a cabo actividades ilícitas en Ecuador, utilizando al país como almacén de armamento.
Paralelamente, las Fuerzas Armadas descubrieron un depósito con miles de municiones y al menos 10 toneladas de droga en Vinces, Los Ríos. La intervención tuvo lugar en el sector rural de Estero Lagarto, donde se sospechaba que personas vinculadas a grupos delictivos escondían armamento pesado y drogas en plantaciones de banano para su distribución en el mercado local.
En un principio, el Ejército informó sobre el hallazgo de un escondite con aproximadamente tres toneladas de droga, 12 fusiles y más de 5.000 municiones calibre 5,56. Sin embargo, las operaciones continuaron y horas más tarde se anunció que se habían encontrado más paquetes de droga, superando las 10 toneladas en peso total. La droga estaba empaquetada y camuflada en sacos de yute, recubiertos con funda negra. En la segunda publicación de las Fuerzas Armadas, se mostró una bodega subterránea con numerosos bloques de droga. Durante la intervención, los militares encontraron a una persona que aparentemente custodiaba la plantación.