Un Boeing 737 vuelve a aterrizar tras detectar una grieta en una ventana de cabina

El suceso se produce apenas una semana después de que un Boeing perdiera una puerta en pleno vuelo. Ningún pasajero ha resultado herido.

Quentin Lago
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Si hace una semana era un Boeing de Alaska Airlines el que tenía que efectuar un aterrizaje forzoso por el desprendimiento de una puerta en pleno vuelo, este domingo otra aeronave del mismo fabricante, pero esta vez en Japón, se ha visto obligada a aterrizar tras detectar una grieta en una de las ventanas de la cabina. El avión, que operaba para la aerolínea japonesa All Nippon Airways, ha tenido que regresar al aeropuerto de salida, en Sapporo, después de que un miembro de la tripulación notificara el problema. Aunque ninguno de los 59 pasajeros y 6 tripulantes han resultado heridos, el suceso empeora la ya de por sí dañada reputación de Boeing, que en los últimos años acumula numerosas polémicas.

Un “error” de la compañía

El incidente se produce apenas unos días después de que el presidente de la compañía, Dave Calhoun, admitiera que el desprendimiento de la puerta en pleno vuelo había sido culpa de “un error” de la empresa, que es responsable de la construcción de la mitad de la flota aérea mundial. El avión en ese caso fue un Boeing 737-9 (MAX), mientras que el de la aerolínea japonesa es una versión más antigua que este: un Boeing 737. Las imágenes de los asientos y, a su lado, un enorme agujero donde debería haber una puerta, corrieron como la pólvora en redes sociales y rápidamente todos los Boeing de la serie 9-MAX, 171 en total, fueron retirados para revisión.

Investigación y caída en bolsa

Aunque por ahora no se sabe las causas de este nuevo problema, que esta vez ha afectado a una ventana, la noticia no será bien recibida en las oficinas de Boeing, que en apenas unos días han visto como la Administración Federal de Aviación abría sendas investigaciones para supervisar el proceso productivo de la empresa, con la posibilidad de someter los controles de calidad a una empresa externa. Únicamente esta semana la cotización en bolsa de Boeing ha caído un 12,5%, lo que le ha supuesto una pérdida de valor de 18.000 millones de dólares.

Dos accidentes mortales

Esta espiral de accidentes y polémicas en la que parece estar sumida la empresa aeronáutica tuvo su inicio el pasado 29 de octubre de 2018, cuando el vuelo 610 de Lion Air se estrelló provocando la muerte de 189 personas. ¿El avión? Un Boeing 737 Max. Ni siquiera cinco meses más tarde, el vuelo 302 de Ethiopian Airlines tuvo un fatal accidente, causando la muerte de otras 157 personas. El avión, una vez más, era un Boeing 737 Max. Aunque la empresa en un principio negó que fuera su responsabilidad y que esto se debía a una mera coincidencia, se acabó demostrando que ambos fueron causa de un problema en el diseño de las aeronaves.

La compañía en ese entonces vio como su modelo más vendido tuvo que mantenerse inmovilizado durante más de 20 meses y varios países incluso prohibieron la circulación de estos aviones por su espacio aéreo. La compañía en la actualidad vale menos de la mitad que en marzo de 2019, antes del segundo accidente, y cerró 2022 con una pérdidas de 4.500 millones de euros. La investigación llevada a cabo hace 3 años publicó algunas de las comunicaciones internas de la empresa, un empleado describía al modelo 737 Max como una aeronave “diseñada por payasos, quienes a su vez son supervisados por monos”.

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