Sigue la tensión en el mar de China Meridional: Washington y Beijing anunciaron patrullas en la zona fluvial en disputa
Tras los recientes enfrentamientos con Filipinas, el gigante asiático organizó “fuerzas navales y aéreas para realizar patrullas de rutina” del 3 al 4 de enero
Por su parte, Estados Unidos anunció por su portavoz que un portaaviones estaba realizando patrullas por una duración de dos días junto a la Armada filipina. “La Armada estadounidense realiza regularmente ejercicios de este tipo para reforzar los lazos entre naciones aliadas y socias”, señaló Washington en un comunicado.
Beijing reclama casi todo el mar de China Meridional y ha ignorado el dictamen de un tribunal internacional de que sus afirmaciones no tienen base legal.
Despliega barcos para patrullar la concurrida vía fluvial y ha construido islas artificiales que ha militarizado para reforzar sus reclamos.
“Las tropas en el teatro permanecen en alerta máxima en todo momento para salvaguardar resueltamente la soberanía nacional, la seguridad y los derechos e intereses marítimos”, dice el comunicado.
“Siguen siendo plenamente conscientes de cualquier actividad militar que perturbe el mar Meridional de China y cree focos de tensión”.
Las tensiones entre China y Filipinas han aumentado en las últimas semanas cuando barcos de ambos países se enfrentaron en las aguas en disputa.
Beijing achacó la culpa a una política filipina más agresiva y advirtió a Manila que “tome la decisión racional” en respuesta a los incidentes.
El presidente filipino, Ferdinand Marcos, ha prometido no ceder a la “coerción”, sin mencionar a China por su nombre.
La semana pasada, China y Filipinas se acusaron mutuamente luego de nuevos episodios de acusaciones, incidentes y tiranteces diplomáticas de forma periódica en los últimos meses.
La encargada de expresar las molestias por la parte de Beijing en aquella ocasión fue hoy la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Mao Ning, quien aseguró en una rueda de prensa que Manila “ha cambiado su postura política” y “violado el derecho internacional”.
Mao indicó que China “defenderá firmemente su soberanía territorial y sus derechos e intereses marítimos”, y expresó su esperanza en que Filipinas “tome decisiones sensatas”, vuelva al camino correcto de resolver las diferencias mediante el diálogo, y trabaje con China para “controlar la situación” en esas aguas.
El objeto de las disputas entre ambos países son varios territorios en el mar de China Meridional, aguas ricas en recursos naturales y cruciales en el tráfico del comercio marítimo mundial, que Beijing reclama por razones “históricas” pese a que un laudo de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya dio la razón a Manila en 2016.
El pasado 10 de diciembre, Filipinas acusó a los guardacostas chinos de disparar nuevamente a sus barcos con cañones de agua y embestir contra sus buques de reabastecimiento en las cercanías del atolón Ayungin (conocido como Ren’ai en China), situado en el archipiélago Spratly y controlado por Manila.
En esa misma zona tuvieron lugar otras dos colisiones entre barcos de ambas naciones el pasado octubre, de las que los dos países volvieron a acusarse y que hicieron que Washington recordara que el tratado de defensa mutua de 1951 con Manila se extiende a los ataques armados también contra sus guardacostas en el mar del Sur de China.