SEVILLA 0 - ATHLETIC 2 / Un Athletic de Champions, un Sevilla que sigue oliendo a Segunda

Los goles de Vesga y Paredes meten al equipo de Valverde entre los cuatro primeros y hunden un poco más a los de Nervión, al que se les ha acabado el efecto Quique Flores.

José A. Espina
As
El Athletic pisa zona Champions después de asaltar con personalidad y vitola de equipo grande un Ramón Sánchez-Pizjuán empequeñecido a pesar de vivir una noche emotiva, con los estrenos de José María del Nido Carrasco en el palco y de Quique Flores en el banquillo local. También, del homenaje a un gran futbolista que regresa a Brasil, Fernando Reges. Magnífico pivote de contención y equilibrio, el ‘Pulpo’ ha sido la máxima expresión del último Sevilla grande y poderoso que, ahora sí, parece encontrarse a punto de concluir un ciclo, necesitado de algún tipo de reinvención. El efecto Quique ha desaparecido pronto y en Nervión sigue oliendo peligrosamente a Segunda.

Al descanso, la sonora y unánime pitada de la hinchada a su equipo resumía a la perfección el discurrir de una primera mitad en la que el Sevilla se comportó como un equipo de una o dos categorías inferiores respecto a un Athletic convencido y mandón, al son de Galarreta y Vesga. Con overbooking de opciones en el eje, Valverde decidió variar por completo la manija de su equipo y los nuevos respondieron con entereza e incluso pólvora: a la media hora, un buen centro de Galarreta lo convertía Vesga de cabeza en el gol que inauguraba el marcador.

Soumaré, que venía jugando por delante de una defensa de cinco, causó baja a última hora por “asuntos personales”, según afirmó el Sevilla. Llovía sobre mojado para un equipo repleto de ausencias. Casi daba lástima mirar al banquillo de Nervión, en el que permanecía sorprendentemente el capitán Ivan Rakitic. Poco antes del descanso, Quique se veía obligado a dar entrada al croata en lugar del serbio Gudelj, que volvía a sus orígenes de pivote con muy poca fortuna, y menos tuvo cuando se lesionó, parece que de cierta gravedad, en la rodilla.

El Sevilla deambulaba como una sombra, incapaz la mayor parte del tiempo de hilar dos pases seguidos ante la asfixiante presión del equipo que más y mejor recupera alto en LaLiga, el Athletic. Apenas la bravura de Ocampos y el buen pie, a cuentagotas, de Suso permitían algún avance que no encontró remate en el primer acto. ¿Actuaba? en punta de ataque Rafa Mir, al que su propia incapacidad y la falta de minutos han desconectado por completo. Con En-Nesyri también desplazado a la CAN, Quique necesita urgentemente delanteros: Mariano Díaz, Isaac Romero (del filial), un fichaje...

Una maravilla de jugada entre Berenguer y Nico habría merecido adelantar antes al equipo visitante, pero el disparo del menor de los Williams se marchó desviado. Con Iñaki en la Copa de África, parece que al Athletic le bastará de momento con el pequeño de los hermanos, que aunque se muestra menos goleador (Iñaki se marchó como Pichichi, con 8 tantos) es puro peligro. En Nervión inició el partido por la izquierda para darle la tarde a Juanlu y alternó por la derecha, donde martilleó también a Pedrosa. Precisamente, un disparo de Nico al larguero se convertía en la primera gran ocasión del segundo tiempo, nada más regresar de los vestuarios.

55 minutos tardó el Sevilla en chutar con peligro. Lo consiguió Suso, en esa jugada tan suya de recorte y disparo con la zurda. El balón rozó el palo derecho. Se estorbaron Ramos y Salas durante un córner que tenía vitola de empate antes de que Quique intentara agitar el partido con la triple entrada de Nianzou, Óliver y Januzaj. Pero un gol oportunista de Paredes en el segundo palo (0-2, 76′) destruía el amago de reacción local a falta de un cuarto de hora desolador para los locales, entre la impotencia y el enfado de un sevillismo harto de estar harto.


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