River, más de lo mismo
Flojo estreno de River ante Argentinos, con un empate que confirma que el equipo de Núñez navega en las tormentosas aguas de la confusión desde hace rato.
Podría decirse también, en este inicio de las comitivas, que los equipos no están consolidados, que falta, que tienen que llegar los refuerzos o asentarse los que han venido. A River, hoy, a esta hora, todavía no llegó nadie, pero igual. Todo el año pasado, en las columnas que aquí escribimos, luego de la temprana eliminación de la Libertadores, dijimos hasta el hartazgo: "La tarea de River en este semestre es la de consolidar un equipo y un plantel y reforzarse en específico en los sectores donde la prestación no era la adecuada". Lamentablemente, Demichelis se la pasó tratando de conducir un vestuario que no lo quería y además sufría las malas caras ante un cambio o una no convocatoria Qué pena que nunca armó un equipo, una idea de juego clara, cuánto tiempo perdido.
De todas maneras, luego de una depuración alevosa, el plantel quedó a la medida del gusto del DT. Podría decirse, "uy, qué mala suerte, justo ahora se lesionaron varios". Demichelis, y agreguemos a la gente que maneja el fútbol de River, no reducen daños. No los minimizan. Y River sufre. No hay que saber de fútbol para decir que desde hace mucho tiempo que se necesita un lateral derecho, un volante central, (¡se fue un ídolo y en buena forma!), un delantero de área y también un defensor central de jerarquía. No es un capricho de quien esto escribe, era un pedido general, que le estallaba a la vista a todo aquel que viera a River. Lamentablemente, quienes conducen se confiaron con un mercado de pases anterior deficiente, descompensado en cuanto a puestos, y perdieron de vista el rabioso presente. Y se nota. Por eso, el equipo del que nada esperábamos casi nada hizo. Un ejemplo: River se vio obligado a presentar un banco de suplentes con todos jugadores surgidos de las Inferiores del club. Si fue una obligación y no una decisión es que estamos ante un problema. Debutan chicos de 16 y 17 años porque los adultos que toman decisiones le están apuntando al cura y le pegan al campanario.
El partido con el Bicho se adecuó a esta realidad confusa que vive el Millo. El peso de algunos nombres, Armani, Paulo Díaz, Barco, Nacho Fernández, Borja, lo ponen en plano competitivo, por suerte. Un salvada del Flaco, un cruce del chileno, una explosión de Barquito, un estiletazo de Nacho, una conclusión del Colibrí, pueden alcanzar y de sobra en este deplorable e inmutable fútbol argentino. Pero los partidos son largos y tienen su devenir. Ese primer tiempo bien menos de River, se topó con un segundo tiempo muy bien felicitado de Argentinos. El equipo de La Paternal percibió la escasez a todo nivel del combinado de Demichelis y fue por todo. Se llevó un empate, pero de haber durado unos minutos más, una victoria visitante no hubiera sido extraña.