REAL MADRID-BARCELONA / Superbaño en la Supercopa

El Madrid, con un Vinicius desatado (tres goles), pasa por encima del Barça y deja tocadísimo a Xavi. Araújo no pudo con el 7 blanco: le hizo un penalti y vio la roja.


Luis Nieto
As
Sin un delantero de sangre azul, el Madrid le ha metido nueve goles a su principal competencia en tres horas y media y ha alzado la primera copa del curso. Eso, el undécimo entorchado de Ancelotti como técnico blanco y una superioridad táctica, física y anímica sobre el Barça dejó la semana en Arabia. También un hat-trick de Vinicius, tan revoltoso y determinante como antes de su lesión, y un nuevo cargo contra Xavi, que esperaba de la competición una palanca y se ha encontrado una palada. El Madrid conquistó el partido a su gusto: marcó pronto y tuvo luego licencia para correr. El Barça ganó la pelota y perdió el espacio, el partido y gran parte del crédito. De la final de 2023 no ha pasado un año, sino un siglo.

Los 17 goles de Bellingham en el inicio del curso fueron, en cierto modo, árboles que ocultaron el bosque. Y después de tres partidos sin marcar convenía recordar que el inglés no vino para eso. O no primordialmente para eso. Se metió en el área porque no había nadie mejor para hacerlo, pero es un jugador para todo el campo, con una extraordinaria visión panorámica del juego, y lo dejó claro con su primera acción del choque, un pase de excepción, por un pasillo invisible, a la espalda de la zaga azulgrana, que resolvió Vinicius aplicando sus dos grandes virtudes: velocidad más regate.

Vinicius marca el 1-0 tras deshacerse de Iñaki Peña.
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Vinicius marca el 1-0 tras deshacerse de Iñaki Peña.JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

Apenas tres minutos después, un pase largo de Carvajal también traspasó ese adelantadísimo muro de papel que había preparado Xavi. El resto fue coser y cantar para la pareja brasileña del Madrid: acelerón de Rodrygo desde la derecha y pase a Vinicius para que matase a puerta vacía en el segundo palo.

Xavi había explicado su plan minutos antes del choque, la doble P, presión más pelota. Falló el primer punto y de nada sirvió el segundo, porque el Madrid supersónico superó ese primer filtro culé con extrema facilidad y el Barça fue un coladero al espacio. Xavi había puesto sobre Vinicius a su carcelero habitual, Araújo, pero el brasileño ya no vive en la banda, y aprovechó el corredor que se abría entre el uruguayo y Koundé para meter dos puñaladas en un suspiro. De aquel golpe no volvió el Barça.

El penalti

El 2-0 dejó un escenario insospechado, idílico para el Madrid, porque el partido entró en una fase de falso dominio culé: mucha posesión, muy poca profundidad salvo en el buen pie de Gündogan y los desmarques de Ferran, la mejor baza ofensiva azulgrana. Estrelló un remate en el larguero y otro en los pies de Lunin, el meta elegido por Ancelotti. El italiano lleva tiempo volando de palo a palo con sus porteros, ambos plan B. Fue más de Kepa al principio y, a lo que parece, más Lunin del derbi a nuestros días. El caso es que jugó el ucraniano, con mejores defensas antiaéreas y también mejores registros en la temporada, y volverá a hacerlo el jueves. Se hizo acreedor del premio de la titularidad.

Otro pase al espacio que rompe muy bien Rodrygo, el cual se planta dentro del área y pone la asistencia para su compatriota Vinicius, que firma el 2-0 con su doblete yendo al suelo para empujar el balón al fondo de la portería.
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Vinicius, en el momento de hacer el 2-0.JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

Sin embargo, esa comodidad del Madrid fue aculándole primero en su campo y luego en su área. Más por insistencia que por claridad, el Barça fue equilibrando el duelo y se vio dentro de él con una volea tremenda de Lewandowski desde el borde del área. Quizá haya perdido recorrido con los años, pero a un toque el polaco sigue siendo irrepetible.

Y de pronto, el Barça volvió a pararse. Al gol no le siguió una embestida azulgrana, sino un nuevo paso adelante del Madrid, acompañado de un gol que dará que hablar. Tchouameni metió un balón con maldad al segundo palo, Vinicius parecía con ventaja para rematarlo de cabeza y Araújo le pasó el brazo por el cuello. Como mínimo, una imprudencia. A Martínez Munuera, que había sido pasado convenientemente por la parrilla de la televisión blanca en la víspera, le pareció que esa bufanda era punible y pitó penalti transformado por el brasileño. Ardió el banquillo del Barça sin razón y se fue a la calle su entrenador de porteros. Ese staff le ha cogido mucho gusto a la bronca. El árbitro, en cambio, fue más condescendiente con Araújo: si entendió que había pena máxima la roja era inexcusable, porque el uruguayo se desentendió del balón. La vería luego por una patada insensata al propio Vinicius.

Contra diez

daba Barça. El Madrid le dejó que mareara la pelota, pero no disolvió la fiesta. Bellingham, Rodrygo y Vinicius, muy compinchados, se lo estaban pasando en grande. A ratos tocando y mandando, a ratos pisando el acelerador.

Rodrygo cerró la goleada.
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Rodrygo cerró la goleada.JESUS ALVAREZ ORIHUELADiarioAS

Xavi buscó el último volantazo, Lamine Yamal, Fermín y João Félix, y lo que se encontró fue el cuarto tanto del Madrid, también preparado por Vinicius, cuyo centro fue mal rechazado por un desafortunadísimo Koundé y castigado por un remate raso de Rodrygo.

Con todo decidido, Araújo se buscó la roja con una patada destemplada a Vinicius en zona tibia. Todo apuntaba a una voladura final del Barça, pero Ancelotti y el Madrid decidieron mirar al derbi de Copa. Se marcharon los dos brasileños, levantó el pie Bellingham y se acabó el festival, con un Barça entregado y desarmado. Si Xavi buscaba un triunfo con consecuencias se ha encontrado con un terremoto que traerá réplicas.


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