Lautaro le entrega la Supercoppa al Inter

El argentino selló sobre la bocina la victoria del Inter contra un Nápoles que jugó media hora con diez. Tercer triunfo seguido en la competición para los de Inzaghi.

Mirko Calemme
As
El Inter levantó en Riad la octava Supercopa de su historia y la tercera consecutiva, gracias a un sufrido 1-0 conquistado ante el Nápoles. El conjunto de Mazzarri, tras haber eliminado a la Fiorentina con un 3-0, volvió a mostrar una versión orgullosa y organizada que supo también en inferioridad numérica complicarle la noche a los nerazzurri, capaces de derribar su muro a pocos instantes del pitido final que habría supuesto los penaltis. Simone Inzaghi se convirtió en el técnico con más Supercopas de Italia en su palmarés (cinco), superando a dos leyendas como Capello y Lippi, y sigue una temporada en la que está rozando la perfección.

El partido fue muy igualado en una primera parte que vio al campeón de Italia comenzar mejor. Mazzarri, todavía sin Osimhen y Anguissa (en la Copa de África), optó otra vez por una zaga de cinco, aunque esta vez aumentó la presión, levantó su línea y dio la sensación de poder asustar al líder del Calcio. Los milaneses, eso sí, demostraban con la calidad de los suyos la capacidad de hacer daño en cualquier momento. Dimarco avisó con un remate desde lejos, Calhanoglu calentó los guantes de Gollini, Barella desperdició una buena oportunidad y Lautaro marcó en fuera de juego.

Lo peor de la noche ocurrió en el comienzo de la segunda parte, cuando la Serie A organizó un minuto de silencio para Gigi Riva que el público de Riad pitó, entre las miradas desconcertadas de jugadores y periodistas italianos. El momento clave del encuentro tuvo lugar entre el 55′ y el 60′, cinco minutos en los que Giovanni Simeone vio dos amarillas por las faltas sobre Calhanoglu y Acerbi. Mazzarri, ante media hora en diez contra once, decidió encerrarse atrás, renunciando también a la fuerza de un Kvaratskhelia que poco antes había asustado con una rosca de las suyas.

Al Inter solo le quedaba organizar un largo asedio. Inzaghi reforzó la delantera con Alexis Sánchez y Arnautovic al lado de Lautaro, y los suyos aumentaron el ritmo de los ataques hasta el descuento. El reglamento de esta primera ‘Supercoppa’ de cuatro preveía directamente los penaltis en caso de empate, y el Nápoles, con una defensa estoica, estuvo a un paso de conseguir jugar esa lotería. Arnautovic tuvo dos ocasiones para abrir la lata pero, finalmente, fue Lautaro el que arruinó el plan de los campeones de Italia. El muro napolitano cayó en el 91′, cuando el argentino empujó entre palos un centro raso de Pavard y llegó a 21 goles en los 27 encuentros de este curso y 123 como interista, igualando los de Christian Vieri.

Los partenopei, a pesar de su inferioridad numérica, cerraron el encuentro volcados al ataque, pero el Inter aguantó hasta el 97′ y se llevó el trofeo. Mazzarri abandonó el campo enfurecido por la expulsión de Simeone, mientras que Inzaghi se quedó celebrando el enésimo triunfo de su gestión. Su única mancha en las copas fue la eliminación con el Bolonia de este año, pero antes de esta Supercopa sumó dos más, dos Copas de Italia y una final de Champions. Le falta el scudetto: es favorito, pero para conquistarlo tendrá que superar a una Juve que está volviendo a brillar.

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