Las duras críticas que recibió el crucero de Neymar: “mala” comida, filtraciones en los pasillos y “atmósfera inapropiada para los niños”

En Brasil varios participantes del evento que tuvo al futbolista brasileño como protagonista publicaron los problemas que sufrieron durante las 72 horas en el navío

El malestar en torno a la gastronomía fue evidenciado por Vannini, un gerente de moda, que expresó su insatisfacción con la experiencia del crucero haciendo énfasis en la calidad de la comida a la cual describió como “mala” y añadió que se vio forzado a ingerir únicamente “pan y café con leche”. Además de las quejas por los servicios básicos, se levantaron comentarios negativos en cuanto a la atención de Neymar hacia los niños que acudieron al impresionante crucero.

El reclamo estuvo vinculado con la supuesta falta de interacción del futbolista brasileño con los más jóvenes a bordo, sugiriendo que, en un evento de tal envergadura y caracterizado por su relevancia, se deberían hber programado actividades como sesiones de autógrafos o bienvenidas especiales para los pequeños aficionados. Otro punto de discordia fue el ambiente del barco descripto como “inapropiado para menores”.

Los participantes del crucero mostraron las filtraciones del barco
Los participantes del crucero mostraron las filtraciones del barco

Vannini argumentó que, para lo que fue el evento, tendría que haber existido un límite de edad para la venta de las cabinas o restringir el acceso a los niños en las áreas de la nave donde se desarrollaban las fiestas. La preocupación radicaba en la ausencia de zonas en la embarcación exentas de esta atmósfera adulta y recomendada para mayores de 18 años.

Además, aclaró que, aunque intentó atender a todos los asistentes, fue imposible acercarse a la totalidad de presentes y ofreció sus condolencias a quienes no formaron parte del crucero. La situación del futbolista lo tiene disfrutando del ocio en medio de su recuperación, generó debates tanto en la prensa como entre sus seguidores, reflejando la dualidad entre el deseo de privacidad y descanso de un deportista y la imagen pública que se espera de él.


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