La lista de nunca acabar
La estructura ejecutiva del Barcelona ha sufrido multitud de bajas desde la llegada de Joan Laporta a la presidencia. Franc Carbó, el director de gestión del área de fútbol, es la salida más reciente.
Laporta defiende que el Barça es como una empresa familiar y, por tanto, la mayoría de decisiones deben pasar por el ‘patriarca’ de la familia, que eso sí, debe tener experiencia en el mundo del fútbol. Y ese no es otro que él mismo. En este sentido, el presidente azulgrana es valiente porque toma decisiones y las asume sin temor a las consecuencias. La suya es una gestión presidencialista que, como todas, tiene sus pros y sus contras. Laporta necesita tener un núcleo duro que lo apoye sin fisuras y que le sea fiel.
Esta forma de llevar el club es muy criticada por Víctor Font, jefe de la oposición, que defiende que es anacrónica y muy alejada de los tiempos de hoy en día y que no sirve para llevar un club del tamaño del Barça, que no deja de ser como una multinacional del entretenimiento. Entiende que en una entidad como la azulgrana no se deberían cambiar las piezas clave del organigrama ejecutivo cada vez que haya un cambio en el sillón presidencial.
Los primeros despidos
En la segunda etapa de Laporta ha habido una gran salida de ejecutivos del club. Algunos para ser reemplazados por empleados afines al presidente, otros porque han optado por dejar el club en busca de nuevos proyectos profesionales, algunos por no estar de acuerdo en la manera de dirigir la entidad y en los más altos cargos, por ser de confianza del anterior presidente. En cualquier caso, el FC Barcelona, con tanto cambio, puede perder talento por el camino.
En sus primeros días de mandato, Laporta no perdió el tiempo. Se fueron casi 29 trabajadores del club. Los tres primeros ejecutivos fulminados tenían una justificación muy clara porque era hombres muy vinculados a Josep Maria Bartomeu. Nos referimos a Albert Soler, que era director del área de deportes profesionales, Román Gómez Ponti, jefe del área jurídica y Òscar Grau, que ostentaba el cargo de director general. Después se cesó a Xavi Martín, entonces director de La Masia y que había sido director de comunicación con Sandro Rosell, Pere Jansà, responsable del área social, Juanjo Castillo, o Jordi Joly, el ex director corporativo. También dejó su puesto Maria Vallés como directora de la Fundación, Guillem Graell, responsable de marca y Enric Llopart, responsable del departamento digital. Ramón Canal, jefe de los servicios médicos, también fue destituido. Bill Mannarelli, el máximo responsable ejecutivo del Espai Barça con Bartomeu, también fue cesado. La última salida de peso en el organigrama ejecutivo son la de Raúl Cabrera, director de ventas del Estadio, Tour, Hospitality y Ticketing.
Llegados con Laporta pero que ya no están en el club son Jordi Camps, que aceptó el cargo de director comercial en abril de 2021 apenas duró tres meses en el cargo, Ramón Ramírez, director del Espai Barça, y especialmente sorprendente fue la marcha del CEO, Ferran Reverter, del que se dijo que era el ‘Messi de los despachos’. El ejecutivo dimitió el 8 de febrero de 2022 por “motivos personales y familiares”, poco antes de anunciarse el acuerdo de patrocinio con Spotify. Alex Barbany, director de explotación del Espai Barça después de haber tenido responsabilidades en el área de ingresos, tampoco está en el club. Tampoco duró demasiado el jefe de seguridad, Ferran López.
Salidas en las áreas deportivas
Las distintas parcelas deportivas también han sufrido muchos cambios desde la llegada de Laporta. En el área de fútbol, la semana pasada se confirmó la salida de Franc Carbó, que era el director de gestión y un auténtico especialista en temas de ‘fairplay’. Se va a Arabia Saudí con Ramón Planes después de recibir una propuesta irrechazable. Antes que él se fueron Jordi Cruyff, Mateu Alemany y Ramón Planes. En el femenino, también se fue Markel Zubizarreta. Guillermo Amor no siguió como responsable de las relaciones institucionales de la entidad y Aureli Altimira y Jordi Roura fueron cesados como coordinadores del fútbol formativo y Patrick Kluivert como director.
Cuando llegó, Laporta también decidió hacer una revolución en las secciones. En el baloncesto puso a Juan Carlos Navarro de mánager de la sección en lugar de Nacho Rodríguez, en balonmano, despidió al director y mánager David Barrufet, y también al entrenador del equipo, Xavi Pascual, y en el fútbol sala prescindió de su director, Txus Lahoz, y del técnico Andreu Plaza.