GIRONA 5 - SEVILLA 1 / Manotazo digno de un líder de Liga

Dovbyk respondió al 0-1 de Isaac Romero con un hat-trick en solo seis minutos. Tsygankov y Stuani se sumaron a la fiesta goleadora ante un flojo Sevilla.

Marc Bernad Suelves
As
No le busquen explicación. Si les gusta el fútbol, sin importar los colores por los que sienten amor o simpatía, están disfrutando de un Girona que es una fábrica de buen juego, repleto de calidad y pegada. Los rojiblancos llevan 17 partidos sin perder (13 de Liga y cuatro de Copa) con 14 victorias y tres empates. Los ‘entendidos’ en estadísticas dicen que cuando un equipo no deja de ganar, está más cerca de perder, pero es que este Girona parece vivir en una dimensión distinta a la de los demás porque no hay pizca de debilidad ni fragilidad. Ni el más osado puede decir cuándo va a levantar el pie del acelerador un bloque que vértigo no tiene, ya lo ha demostrado, y su descaro y sed de gloria le hacen mirar al doblete con ojos de ilusión y realidad.

El Sevilla salió dispuesto a tratarle de tú a tú. Lo logró, aunque solo fueron diez minutos. Después le arrolló un camión conducido por Artem Dovbyk. El ucraniano arrebató el foco a Isaac Romero, que volvió a marcar (hizo el 0-1), con un hat-trick antológico. Tardó solo seis minutos y 33 segundos en hacer los tres goles. Aunque no es el más rápido esta temporada porque ese honor correponde a Luis Suárez, punta del Almería, que hizo tres goles al Granada, en la jornada 8, en cinco minutos y 25 segundos, sí puso patas arriba el duelo y a un estadio de Montilivi que está viendo como su gigante favorito les está encumbrando. Ya son 14 goles los de Dovbyk esta Liga e iguala a Bellingham en la carrera por el pichichi.

El partido fue uno en los primeros diez minutos, con un Sevilla mandón y que llegó a presionar al Girona, pero cuando se puso a ‘bailar’ Savinho y a marcar Dovbyk todo cambió. Los hispalenses se vieron desbordados y cada gol era un puñal a su autoestima y capacidad de reacción. Con el 0-1, a cualquier equipo podrían entrarle dudas, pero no a un Girona que reaccionó a lo campeón. Tres minutos tardó en empatar el encuentro y en el minuto 19 ya lucía en el marcador un 3-1 definitivo. La hinchada gerundense, orgullosa, disfrutó con el paso de cada minuto y es que fue una delicia cada acción de ataque. Miguel se deshizo una y otra vez del marcaje de Jesús Navas, Savinho embrujó a Nianzou y Portu aprovechó su primera titularidad en Liga con una asistencia y un disparo al larguero, en el minuto 37.

Con el 3-1 podía parecer que en la segunda mitad apenas habría movimiento, pero arrancó fuerte. Con un acto tan polémico como innecesario porque Sergio Ramos propinó un rodillazo a Yangel Herrera sin el balón en juego. El VAR se desentendió y el colegiado dio continuidad al duelo. Esa acción espoleó todavía más al venezolano y, en el minuto 54, estuvo a punto de marcar, pero estrelló su cabezazo en el palo. Aunque la guinda iba a caer y lo hizo con los goles de Tsygankov y Stuani. Goleada diga de un líder ante un Sevilla inoperante y que ni se inmutó. Quique Sánchez Flores hizo debutar a Hannibal. Aunque su estreno fue discreto y en la primera intervención se llevó una amarilla por una dura entrada a Iván Martín.

El Girona fue muy superior y apunta al título de Liga. Paso a paso va haciendo méritos. E historia porque ya ha superado la mejor puntuación de su historia en Primera. Los 51 puntos que se lograron la campaña 2017-18, con Pablo Machín, han quedado atrás. Los de Míchel, este curso, ya suman 52 tras 21 jornadas.


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