¿Estamos a las puertas de una Narco América S.A?

América Latina presenta condiciones óptimas para el establecimiento del negocio del narcotráfico ya que las extremas desigualdades económico/sociales son un vivero para el crecimiento del crimen organizado

Todos estos desarrollos nos llevan a preguntarnos si terminaran los estados nación consolidados de la región fagocitados por el crimen organizado.

La respuesta es compleja ya que el proceso de penetración del crimen organizado consta de varias etapas que en resumen son la penetración; la toma de control; la institucionalización. La penetración se inicia una vez organizados los ejércitos y redes logísticas locales e internacionales. El objetivo es penetrar los diversos estamentos del estado para facilitar el negocio. La toma de control contempla como objetivo colocar elementos externos y manejados por la organización criminal dentro de los niveles decisoriales de los organismos clave del estado. La tercera fase del desarrollo del crimen organizado, que es la institucionalización, se inicia cuando la mayor parte del producto del negocio se dedica a la inversión en actividades legítimas.

En segundo lugar, las políticas económicas de la región son altamente beneficiosas para el crimen organizado. En efecto, herederas de la más decantada tradición medieval, las naciones de América Latina han creado estados sobredimensionados que difícilmente se pueden sostener con los tributos de la ciudadanía. Esos aparatos estatales además crean constantemente monopolios para la extracción de renta de privados. Las prohibiciones de importación; los altos aranceles; los tributos elevados son instrumentos para la creación de rentas al impedir el libre funcionamiento de las fuerzas del mercado. El mejor ejemplo de los efectos nocivos de las políticas económicas de la región se sitúa en las décadas de los años cincuenta y sesenta. En esa época todas las naciones adoptaron el mantra de la industrialización por sustitución de importaciones creado por Raúl Prebisch. Cada país prohibió entonces casi todas las importaciones. Y fue en esa época en que mayores redes de contrabando aparecieron en América Latina. Esas redes que ingresaban ilegalmente electrodomésticos y ropa en los años ochenta y noventa se reconvirtieron en redes para el transporte y distribución primero de marihuana y luego de cocaína.

En la antigüedad le tomó casi tres siglos a Asia Central arrebatar las rutas de la seda al crimen organizado transnacional. Hoy podría ser que América Latina haga lo propio en menos de un siglo si la región responde correctamente al ataque contra el Estado ecuatoriano iniciando una marcha colectiva hacia la institucionalización de la Convención de las Naciones Unidas contra el Crimen Organizado Transnacional.


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