El VAR agita lo peor del foroferío nacional

Alfredo Relaño, As

Ayer salpicaron mi día varios requerimientos de radios barcelonesas y hasta dos de TV3, que atendí en lo que pude. Distinción que le debo a Xavi por su mención a mi persona en su conferencia de prensa, que agradezco por lo elogioso, pero no tanto en cuanto que me metió en la zaragata. Al menos conste ahí el buen concepto que tiene de quien en su día recibió tantas críticas del barcelonismo por las denuncias sobre el ‘villarato’. Por fortuna el tiempo ha venido en mi socorro y hemos sabido del caso Enríquez Negreira, esos 17 años con cuatro presidentes culés, uno de ellos, Laporta, de ida y vuelta, pagando al vicepresidente de los árbitros hasta que dejó de serlo.


Pero, como me temía, la triple imprudente intromisión del Hernández de la sala brumosa en el arbitraje del Hernández sobre el campo ha venido a alimentar la leyenda negra del Madrid. El primero era árbitro de largo recorrido; el segundo era primerizo en el Bernabéu. El primero ha sido severa víctima de los vídeos de RMTV y es de suponer que en el futuro se le dé por redimido y rehabilitado; el segundo ya tiene los tres primeros cargos para su propio vídeo, esas jugadas cuya decisión inicial tuvo que rectificar en favor del Madrid cuando el mayor le llevó de la oreja a la pantalla y le señaló con severidad lo que debía y no debía decidir.

Bueno, vivimos un desastre. El caso Enríquez Negreira nadie sabe por dónde cogerlo, el Madrid se sube en esa peana para sus protestas airadas, Medina Cantalejo es un tronco a la deriva en el mar de la ignorancia que se cree que por publicitar los audios va a sosegar las cosas, cuando sólo sirven para demostrar lo que sospechábamos: que el árbitro de campo es un peón en manos del sexador de pollos emboscado en sala brumosa. Todo junto dio como resultado el galimatías del Bernabéu, en el que todo el mundo piensa que tiene razón y que ha lanzado a galope desbocado los peores instintos del foroferío nacional. Dichoso VAR.


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