El Racing que debe ser campeón comenzó con un tropezón: usó pocos refuerzos y fue superado en el Cilindro por Unión
El nuevo entrenador-ídolo recurrió a cinco de las diez incorporaciones y su equipo fue una sombra como local en su debut por la Copa de la Liga
A estadio lleno, con un recibimiento especial con humo y fuegos artificiales y banderas dedicadas a Costas en su segundo regreso como DT, la ilusión fue desinflándose apenas Nicolás Lamolina pitó el inicio del partido. Llegaron diez refuerzos: Facundo Cambeses, Agustín García Basso, Germán Conti, Bruno Zuculini, Santiago Sosa, Agustín Urzi, Maximiliano Salas, Marco Di Cesare, Santiago Solari y Adrián Martínez. Pero apenas dos fueron titulares en este debut: el mediocampista Sosa y el zaguero Conti. Ambos vieron la tarjeta amarilla antes de cumplirse 30 minutos de juego. Un indicio de cómo sería la noche.
Después de un 2023 desesperanzador, con una relación entre el público y los futbolistas que estuvo al borde de resquebrajarse, la Academia necesitaba una renovación, un cambio de aire. La llegada de Costas, un hombre de la casa, conocedor de lo que necesita escuchar el oído del hincha, causó ese efecto en este primer mes del año. El director técnico y los refuerzos no dudaron de ponerse alta la vara, repitiendo que la expectativa es ser campeón, sin eufemismos. La primera jornada de la Copa de la Liga, sin embargo, comenzó con un tropiezo.
Más allá de aquello de que apenas dos de los nuevos fueron titulares, la sensación de equipo renovado en la Academia se daba porque Costas apostaba desde el inicio por el tridente colombiano Juanfer Quintero-Roger Martínez-Johan Carbonero. Por tres futbolistas que ya mostraron su talento con esta camiseta pero que aún no habían compartido la cancha. La conexión caribeña no apareció, en un equipo al que le costó mucho tener posesiones largas y recuperar la pelota.
Unión, en cambio, salió a jugar con un libreto definido que incluía la palabra “paciencia”. Del otro lado de la línea de cal, el entrenador Cristian “Kily” González iba y venía como en sus épocas de mediocampista de la selección argentina. El gesto era siempre el mismo: las dos palmas hacia abajo, pidiendo calma. El santafesino fue un equipo amplio cuando tenía el balón. Y Racing nunca encontró una solución al déficit de la presión. Así llegó el gol, apenas a los 12 minutos: algunos toques cortos y un bombazo desde 33 metros de Joaquín Mosqueira. Golazo. Esa paciencia tuvo el visitante también para hacer correr el reloj cada vez que había que reiniciar el juego, algo que fue agregando tensión a un Cilindro que pasó de la ilusión inicial a la resignación.
En la segunda mitad, más incorporados tuvieron su estreno: Solari, “Maravilla” Martínez y Maxi Salas. Todos, delanteros. La Academia terminó con cuatro atacantes, más Quintero. Sin embargo, casi no le dio trabajo al arquero Dante Campisi. Apenas un cabezazo de Conti y una arremetida de Rojas. No mucho más. Unión pudo marcar el segundo tanto, pero no estuvo preciso en los metros finales.
Compacto de Racing 0 vs. Unión 1
Con el ingreso de tantos atacantes, Juanfer pasó a jugar en el mediocampo, casi al costado de Sosa, tirándose a los pies para recuperar el balón y comenzando las ofensivas casi en el área propia. Era el símbolo de la impotencia de la Academia: hasta terminó amonestado por discutir con el árbitro Nicolás Lamolina. Recién en el tiempo adicional el local mostró algo de reacción.
Una corajeada de Salas derivó en un desvío que dio en el brazo izquierdo de un defensor de Unión. El juez fue hasta el VAR para revisar la acción, pero entendió que no debía sancionar penal. Ni ésa le salió a Racing, en una noche que comenzó con clima de festejo pero fue tiñéndose de frustración. La Academia deberá cambiar el chip rápidamente: este miércoles, otra vez como local, tendrá revancha en la segunda fecha, frente a Tigre.