El fracaso de Hamas: Israel sigue creando lazos y aliados en el mundo árabe
Inmediatamente después del 7 de octubre, muchos expertos leyeron la sentencia de muerte a la normalización entre Israel y Arabia Saudita, pero acontecimientos recientes demuestran que aquellos rumores fúnebres eran exagerados
Si bien los históricos Acuerdos de Abraham entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos, Sudán, Bahréin y Marruecos vieron la transformación positiva de la región de modos antes inimaginables, la paz con Arabia Saudita cambiaría las reglas del juego global.
Un pacto israelí con el reino del desierto, custodio de las ciudades más sagradas del islam, La Meca y Medina, podría forjar un camino hacia una paz regional más amplia y con casi todo el mundo musulmán.
Pero ahora la atención mundial se centra en la guerra de Gaza, con manifestantes en las principales ciudades del mundo vitoreando a Hamás, un grupo yihadista con rasgos mafiosos enfrentado a los valores democráticos liberales que oprime a los palestinos bajo su control. Sin embargo, quienes realmente viven en el vecindario no son admiradores de los asesinos respaldados por Irán ni de los de su calaña que hoy siembran miseria y estragos en las sociedades de Medio Oriente. Mucha gente de la región observa conmocionada cómo el apoyo a Hamás, Hezbolá y otros grupos que violentan sus sociedades y devastan sus países se expresa con orgullo en manifestaciones en todo el mundo.
Entonces, ¿cuáles son las buenas noticias?
En primer lugar, que las posturas detalladas por el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman unas dos semanas antes del ataque de Hamás parecen no haber cambiado. El líder de facto del reino dijo que las relaciones normalizadas con Israel “se acercan” cada día, y añadió que los palestinos son una cuestión “muy importante” que debe resolverse.
Meses después de la guerra, el proceso sigue su curso.
El ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita, el príncipe Faisal bin Farhan, reiteró esa postura esta semana diciendo que Riad reconocería a Israel en un acuerdo más amplio en el que se contemple también un Estado palestino.
Y el secretario de Estado, Antony Blinken, transmitió el mismo mensaje a los líderes israelíes en medio de la oleada de esfuerzos diplomáticos de Estados Unidos con los actores regionales desde que estalló la guerra.
La idea de un compromiso serio con una ruta hacia la creación de un Estado palestino es difícil de digerir mientras Israel lucha contra Hamás en el territorio que evacuó. Pero el principio es un objetivo generalizado para quienes desean preservar el carácter judío y democrático de Israel. Esto requeriría una separación amistosa de los palestinos bajo términos definidos por las lecciones aprendidas en el pasado.
El senador Lindsey Graham se hizo eco de estos sentimientos después de reunirse con líderes de Medio Oriente y dijo a la prensa israelí que desde el ataque de Hamás, está más decidido que nunca a proseguir los esfuerzos de normalización entre Israel y el mundo árabe.
Y luego están los defensores menos conocidos del cambio positivo que trabajan arduamente para que esta visión se convierta en realidad.
Una mirada más cercana a las imágenes publicadas de la reunión entre Graham y el príncipe heredero muestran que Jeffrey Talpins, fundador y director ejecutivo de Element Capital, y Oren Eisner, presidente de la Fundación y Oficina Familiar Talpins, también estuvieron presentes. Esto no es una coincidencia.
Talpins y Eisner son los cofundadores de la Iniciativa N7 que ha estado impulsando silenciosamente la normalización en Medio Oriente durante los últimos años.
También estuvo presente Morgan Ortagus, portavoz del Departamento de Estado durante la presidencia de Trump, quien también participó en los esfuerzos de normalización. No se pudo contactar a ninguno para que hicieran comentarios.
Quedan por delante muchos desafíos para quienes aspiran a un Oriente Medio pacífico.
La próxima temporada electoral podría afectar las consideraciones estadounidenses con respecto a su parte del acuerdo con Arabia Saudita. Irán puede desplegar otro proxy para envenenar la atmósfera.
Hamás y sus partidarios en el mundo intentarán sabotear la paz con violencia y tácticas intimidatorias. Y quienquiera que lidere Israel en el futuro cercano necesitará recuperar la confianza de la nación antes de llegar a acuerdos que exijan concesiones territoriales de gran alcance.
Pero un detalle ya está claro: el objetivo de Hamás de derribar las esperanzas regionales de paz iniciando esta guerra ha fracasado dramáticamente.