El Bernabéu será una mina

Los macroconciertos y sus ingresos suplementarios y el desembarco de la NFL generarán beneficios de siete cifras para el Madrid. El uso alternativo del nuevo estadio tomará velocidad de crucero en 2025.

Carlos Forjanes
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“La lista de empresas que están llamando para organizar eventos y conciertos en el nuevo Bernabéu es enorme, faltan días del año”. Una fuente autorizada del Real Madrid expresaba hace unas semanas de manera informal lo que se cuece cortinas adentro en el club para un 2024 que verá el nacimiento oficial del remozado, ampliado y embellecido Santiago Bernabéu del futuro. La entidad ha venido abriendo la veda con la inclusión del coliseo blanco en un buen puñado de las giras mundiales más potentes que pasarán por España el próximo verano y lo ampliará con la presencia de la poderosa NFL. En 2025 se alcanzará la velocidad de crucero en cuanto al nuevo Bernabéu como espacio multifuncional que irá más allá de ser un modernísimo estadio de fútbol. Será casi un organismo vivo que ‘latirá' cuando no juegue el Madrid.

Expertos del sector vienen teniendo muy en cuenta el papel del reluciente estadio madridista como player dentro del jugoso negocio de la música en vivo. “Estar en el centro de una gran ciudad es un plus que no tiene el resto”, aseguran esas fuentes. Las referencias en España son evidentes. Montjuïc no ofrece la misma facilidad en cuanto a transporte, el nuevo Camp Nou juega por ahora en desventaja y el Metropolitano sufre un doble problema: la importante distancia a los puntos neurálgicos de turismo de Madrid y una notable capacidad menor de aforo. Los popes del negocio lo vienen avisando. “Madrid va a jugar un papel muy importante” en el pastel de los macroconciertos, avanzó Pino Sagliocco, el presidente de Live Nation España, el pasado mayo. Ellos están detrás del previsiblemente concierto con más tirón del año, el de Taylor Swift y su The Eras Tour.

Aunque el Madrid no deja traslucir qué cuesta alquilar el nuevo Bernabéu, hay elementos para establecer el potencial caché. El rapero argentino Duki, otro de los que actuará en Chamartín (el 8 de junio) cerró en su país una serie de cuatro conciertos en el estadio de Vélez a finales de 2022 por un montante total de 300.000 dólares. El alquiler para un concierto de un gran nombre (Rosalía...) viene costando, sólo por el recinto, alrededor de 100.000 euros.

Esa cifra aparece repetida en numerosas ocasiones. La titularidad pública (BSM, Barcelona de Serveis Municipals) que sujeta las riendas del Estadio Lluis Companys negoció con el Barça el alquiler del recinto mientras se construye el nuevo Camp Nou justo en esa cantidad: 4M€ por 40 eventos.

El trapero argentino Duki, durante una actuación reciente. Está confirmado un concierto suyo para el 8 de junio de 2024.
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El trapero argentino Duki, durante una actuación reciente. Está confirmado un concierto suyo para el 8 de junio de 2024.

La NFL viene con la chequera

Aún no es oficial, pero todas las partes lo dan por hecho. El nuevo Bernabéu acogerá el mejor fútbol americano del planeta. La todopoderosa NFL, la liga deportiva que más dinero ingresa por televisión del planeta (11.000M€ anuales), sigue expandiendo su negocio en Europa. Madrid forma parte de esa estrategia. Como fueron antes Londres, con el Tottenham como gran beneficiado. Alcanzó un acuerdo en su momento por 10 años (ampliado luego a 15) con la NFL, que además realizó una aportación económica muy minoritaria en la construcción del estadio para sellar así la alianza.

Fuentes conocedoras del tipo de pactos comerciales que ofrece la NFL a los clubes de fútbol que ceden sus estadios indican un elemento clave: con el acuerdo, el club se beneficia de la venta de la comida, la bebida y el merchandising que se realice en su recinto. No es poca cosa. En el Raiders-Bears de 2019 en el estadio del Tottenham, el proveedor de cerveza habló públicamente de récord mundial de venta de cervezas con más de 1 millón de libras. Una tajada muy suculenta que eleva el fijo a percibir.

En el reciente salto de la NFL a Alemania, el ayuntamiento de Múnich entró como parte negociadora porque ordenó un estudio que cifró el impacto de acoger un partido de fútbol americano en 31,5 millones de euros. El coloso estadounidense pone todas las facilidades posibles. La NFL por ejemplo, se hizo cargo del coste de reponer el césped tras el Buccaneers-Seahawks de 2022, porque quedó irrecuperable. En el Bernabéu no sería un problema, gracias al hipogeo, la obra de vanguardia que permite guardar el césped que usa el Real Madrid en el invernadero subterráneo. En España operarán dos franquicias, los Miami Dolphins y los Chicago Bears, dentro del ‘reparto’ de mercados audiovisuales que hizo la NFL ente sus franquicias mediante zonas exclusivas desde enero de 2022. Uno (o los dos) abrirá el melón del football en el nuevo Bernabéu. Un negocio millonario que se plasmará, si todo sigue los cauces actuales, en octubre de 2025.

Barcelona, en jaque

Hasta ahora Barcelona ha tenido protagonismo porque su ubicación, cerca del sur de Francia, hace más sencillo su encaje en el routing (el trayecto de las caravanas de los artistas) con el que las promotoras buscan hacer menos kilometraje. Se trata de maximizar el esfuerzo económico de desplazar la ingente cantidad de camiones con material y personal que conforman las macrogiras. Lo céntrico del Bernabéu altera la balanza. Puede ser más caro desplazarse a la capital pero lo atractivo del marco y su fácil acceso y presencia cercana de abundante alojamiento y zonas de ocio funcionarán como un imán para la venta de entradas. Sólo hay que ver los récords de sold outs de Karol G, que vendió todas las entradas de su concierto en el Bernabéu (20 de julio) en menos de 15 minutos. En otras palabras, la ubicación del Bernabéu permitirá vender además entradas más caras. Y el perfil de los asistentes a estos macroconciertos masivos es el de gastar, y mucho. Un reciente estudio de The Wall Street Journal revela que cada swiftie (fan de Taylor Swift) se dejará por concierto alrededor de 1.300 dólares entre viaje, alojamiento, merchandising y comer y beber, tanto fuera como dentro del concierto. Una tajada sustanciosa.

Mick Jagger y Ronnie Wood, en el palco de honor del Lluis Companys durante el Clásico del pasado 28 de octubre.
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Mick Jagger y Ronnie Wood, en el palco de honor del Lluis Companys durante el Clásico del pasado 28 de octubre.Eric AlonsoGetty Images

Uno de los espectáculos más apetecibles del mercado es hacerse con Bruce Springsteen. El Boss vendrá a Madrid en 2024... pero al Civitas Metropolitano. En cita doble. La razón es su promotora, Doctor Music, que trabaja con el estadio rojiblanco. Allí llevó el pasado verano a Rammstein y también a The Rolling Stones, que por cierto en 2014 tocaron en el Bernabéu y se encuentran en pleno lanzamiento de su primer disco con material en 18 años (’Hackney Diamonds’). La roja lengua ondeó en el pasado Clásico, pero la siguiente vez que Jagger, Richards y Wood pisen un estadio español podría ser el del Madrid. Aún no hay declaración de intenciones por parte de la banda en cuanto a una nueva gira europea, pero el nuevo Bernabéu ya es, de facto, un nuevo player en el tablero. Y esto sólo acaba de empezar.


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