Copa Argentina: Estudiantes venció a Argentino, de Monte Maíz, y empezó sin dudas la defensa de la corona
Salvo un inocuo penal fallado, todo le salió bien al León en su estreno, en el estadio de Lanús
En el estadio de Lanús, el León fue lo que debía ser, un conjunto dominante sobre uno del Torneo Federal A, y se impuso por 3-0 a Argentino, de Monte Maíz, Córdoba. Que se comportó hidalgamente: ingresó poco antes al campo y le hizo el pasillo de honor a su adversario por su condición de campeón vigente de la copa.
El primer gol, de Javier Correa
Más tarde, ya en el partido, no le presentó demasiada oposición. Estudiantes no sufrió un atosigamiento que no le permitiera disfrutar lo que debía ser una cierta fiesta. Por su estreno como dueño de un trofeo que se ha ganado un espacio importante en el mapa del fútbol local. Por el regreso de un peso pesado, y muy querido por los hinchas, como se lo recordaron en la presentación en un amistoso de pretemporada con Racing en La Plata: Enzo Pérez, que dejó River a los 37 años para volver a otro amor. Y por el primer compromiso oficial para los refuerzos. Uno era el propio volante mendocino; otro era Javier Correa. Y empezó bien el cordobés de 31 años.
A los 19 minutos el delantero aventó casi totalmente los temores de un batacazo cuando tocó, en el área chica y con casi todo el arco a disposición, una pelota que se había desviado en un oponente tras un centro bajo desde la izquierda por Mauro Méndez. Como para que el recién llegado, que quedó libre de Santos Laguna, de México, y tuvo pasos por Racing, Colón, Godoy Cruz y Rosario Central, tomara confianza con la camiseta albirroja y comenzara a ganar aprobación de los simpatizantes.
El segundo tanto, de Mauro Méndez
Un rato más tarde, a los 40, el propio Méndez resolvió con un lindo remate, apenas delante de la medialuna, otro centro, que no había llegado a dominar su compañero de ataque, Correa. El uruguayo estableció el 2 a 0 que volvería definitivamente plácido el resto del partido para el público pincharrata en La Fortaleza.
La única mueca de descontento que tuvo en la noche del jueves se debió a un penal errado. A los 35 minutos de la segunda etapa, Pablo Piatti falló el tiro, que había sido generado por una grotesca sujeción de camiseta a Luciano Lollo –tanto tiró su rival que se la quitó–. Lo atajó Alexis Bonet, un arquero especialista en ese tipo de situaciones. Pero hubo desquite, muy pronto: a los 42, el uruguayo Méndez sí convirtió un penal –Bonet se tiró hacia su izquierda–. Penal que había sido propiciado por otro absurdo, sea reglamentario o arbitral: el defensor de Argentino Tinari bloqueó correctamente un disparo pero al caer tocó de forma absolutamente casual y natural la pelota con el brazo izquierdo. Para colmo, Tinari fue amonestado.
El penal desperdiciado por Pablo Piatti
No necesitaba Estudiantes esa injusticia para ganar merecida y holgadamente, sin titubeos siendo banca. Su próximo compromiso será ya un poco más exigente: en los 16os de final se cruzará con Central Córdoba, de Santiago del Estero, o Quilmes.