Boca: Diego Martínez, el DT que ascendió a Tigre y evitó el descenso de Huracán, ya hace sentir el cambio de era con su estilo
A pocos días de asumir, el entrenador elegido por Román Riquelme empieza a dejar su impronta en el plantel
No era la primera vez que su figura se filtraba entre los candidatos. Gustó siempre y se la consideró algunas veces en las que Riquelme era el vicepresidente segundo. Ésta fue la más seria. Y la que se concretó. Tendrá su primer ensayo público este sábado a la noche, cuando a las 20.30, en Salta, el conjunto azul y oro sostenga un amistoso con Gimnasia y Tiro.
Es un empezar en cero para todos. Intentando hacer mejor las cosas, Riquelme dio un paso más prolijo que su manejo con últimos tres directores técnicos. Sebastián Battaglia dejó la reserva de la noche a la mañana en agosto de 2021, lo mismo hizo Hugo Ibarra en julio siguiente, y Jorge Almirón llegó en abril de 2023 sin una pretemporada, cosa que tampoco pudo desarrollar después, por el calendario ajustado.
El amanecer de la 2024 coincide con el comienzo del ciclo de Martínez. Y hasta se mantiene una línea. Varias, en realidad. Por una parte, el nuevo DT parece ser una mezcla entre el proyecto inicial del Consejo de Fútbol y el entrenador de experiencia que brinde “herramientas”, ese concepto de moda que los jugadores de Boca necesitaban y cuya falta hicieron trascender una vez desgastada, con la salida de Ibarra, la idea dirigencial para el puesto de entrenador. Martínez forjó la mayor parte de su sabiduría lejos de Brandsen 805, pero en su currículum aparece su trabajo de moldeador de los juveniles boquenses.
De aquello se desprende la principal característica: su manera de trabajar. Seguramente difiere con Almirón en cuanto a ideas, evaluaciones semanales, formas de hacer jugar al equipo. No obstante, algo los une: la energía que irradian ante sus futbolistas, entre indicaciones y caminatas ligeras para ubicarse casi a la par del movimiento de quien tiene la pelota.
“Intensidad, presión y rapidez en el traslado de la pelota” es su pedido diario, según resumieron para LA NACION desde el plantel. Si bien considera esenciales los trabajos físicos de la pretemporada, el balón rueda a buen ritmo en las prácticas, y con mucho énfasis. Incluso, en esta semana en la que se comenzó con el segundo turno diario. La expectativa es importante. “Da la sensación de que no se encapricha con ningún futbolista. Hizo un recorrido por el que se lo nota bueno de verdad”, dicen.
No le tembló el pulso, por ejemplo, para avisarle a Riquelme que prefería no incluir en su cuerpo técnico a dos empleados del club, que fueron reubicados: el preparador físico Alejandro Blasco y el adorado Fernando Gayoso, el entrenador de arqueros que tanto resuena desde hace años (especialmente en el último) por el gran trabajo con quienes portan los guantes y por su estudio sobre las ejecuciones de penales.
El funcionamiento de los volantes es su mayor obsesión. De ahí que sus cejas se levantaran cuando observó las primeras prácticas de Jabes Saralegui, el “Colo” que no pasó por su enseñanza. “Nos sorprendió. Es un chico al que le gusta entrenarse, que compite y al que le gusta escuchar”, elogió en su primera conferencia de prensa al joven que debutó hace pocos meses bajo la dirección de Almirón. Asimismo, estaba estipulado que el mediocampista Mauricio Benítez (a veces, 5; otras, a un costado) hiciera la pretemporada como parte de la reserva, de la que fue la gran figura de 2023 con incontables goles, especialmente de media distancia. Sin embargo, él y el defensor lateral Nahuel Genez, conocidos por el Martínez formador, fueron promovidos al plantel profesional.
“Nos gustan los equipos equilibrados. [Quiero] un equipo que se ordene y controle el partido a partir de tener la pelota el mayor tiempo posible, pero que la tenencia tenga un sentido y se traduzca en llegar la mayor cantidad posible de veces al arco del rival. Y con gente que esté pensando en cómo está parado el equipo a la hora de atacar y las transiciones defensivas”, explicó Martínez, que da preponderancia al mediocampo.
Por eso, si bien tampoco están Nicolás Valentini y el arquero Leandro Brey, lamenta mucho las citaciones a Ezequiel Fernández y Cristian Medina a la selección nacional sub 23 que jugará el Preolímpico: “Es muy bueno contar con jugadores del seleccionado, pero nos encantaría tenerlos y entrenarlos”, sostuvo. Llevó a “Equi” a Tigre en 2022, y Medina lo fascina. Además, cuenta con el retorno de Aarón Molinas, al que también tuvo en Victoria, en préstamo.
Se quedará con las ganas de reencontrarse y potenciar aun más a Valentín Barco, aquel chiquito al que veía a diario en La Candela y que se va a Brighton, de Inglaterra, por la ejecución de la cláusula de rescisión. Los chicos, entonces, tendrán especial atención. Pero el nuevo entrenador de la primera de Boca sabe que no sólo se trata de eso y desea que los experimentados guíen –en la cancha y fuera de ella– a esos jóvenes para que exploten.
También hay grandes en el plantel xeneize que pasaron por el ojo del hombre de 45 años. Lucas Blondel fue protagonista en su Tigre, no así Miguel Merentiel en Godoy Cruz: Martínez no lo tuvo en cuenta y el goleador explotó en Defensa y Justicia.
“No nos atamos a un esquema estructurado. Sí a una manera de sentir”, dijo sereno Martínez, aunque los campos de Ezeiza ya tienen la marca de sus pisadas aceleradas. El nuevo DT no para de instruir ni de pensar para que su Boca sea un éxito.