Boca arrancó la era Martínez con triunfo vs. Gimnasia y Tiro: un gol y buenas sensaciones
Boca arrancó la era Martínez con triunfo vs. Gimnasia y Tiro: un gol y buenas sensaciones
OléLa noche no empezó de la mejor manera para Boca. La lesión en la previa de Marcos Rojo hizo que el amistoso ante Gimasia y Tiro comenzara con saldo negativo. A partir de ahí, quedaba ver el debut del equipo de Diego Martínez para intentar cambiar ese mal trago por un estreno que le diera ánimos a la gente que llenó el Padre Martearena y a la multitud que esperó con ansias volver a ver al Xeneize en cancha.
Y muy pronto se pudo ver, al menos, la intención del nuevo entrenador. Un esquema clásico, con un mediocampo que tuvo a Campuzano como volante típico tapón, bajando a buscar la pelota y relevar a los centrales e intentado ser salida en cada pelota. Todo eso, a diferencia de tiempos pasados, con menos traslado en esa zona, en una clara muestra de ser más punzante desde el inicio de la gestación. De sus laderos, Ramírez empezó más activo que Pol Fernández. En realidad, fue la banda izquierda la que tomó rápidamente protagonismo. Porque a los dos minutos, una combinación entre Juan y Saracchi terminó en un centro del uruguayo que encontró a Ezequiel Bullaude -el cuarto hombre de la mitad de la cancha, la apuesta como enganche del DT- que no dudó en lanzar un disparo que pasó cerca del palo derecho del arco rival.
La fórmula casi que se repitió a los nueve, momento del primer pique de Luca Langoni para aprovachar un pase largo de Saracchi y tirar un centro temerario y preciso que encontró al ex Godoy Cruz para poner el 1 a 0.
Boca festejó en Salta. (Twitter)Boca festejó en Salta. (Twitter)
Por supuesto que -dada la diferencia de categoría con su rival- el dominio nunca dejó de ser de Boca. Porque los salteños apenas si se agazapaban para esperar algún error en la salida xeneize o intentaban forzar un contragolpe producto de replegarse y salir largo. Pero el final del primer tiempo -más allá de los goles que se perdió Merentiel- fue con algo más de repliegue de un Boca que cerró 45 minutos correctos y se fue al vestuario ganando con justicia.
No cambió demasiado el trámite en el inicio del complemento. Boca, prolijo y paciente, llenaba el campo contrario de camisetas propias cuando cruzaba la mitad de la cancha, mientras que -desde los pies del vigente Walter Busse- Gimnasia llevaba algo de peligro al arco de un Chiquito Romero que casi no transpiró.
El ensayo, entonces, entró en el terreno de los cambios. Así se fueron cerrando los partidos de jugadores de Boca que precisaban de cuidados (Langoni, Lema), de aquellos que no rinden examen (Advíncula, Merentiel) y de los que aprobaron con creces (Campuzano, Saracchi, Ramírez).
Todas esas modificaciones no cambiaron el rumbo del partido, que se fue tornando cada vez más aburrido tendiendo al final. Boca no dejó de buscar pero nunca encontró profundidad. Gimnasia aceptó su rol de partenaire y tuvo la fiesta con su gente por el ascenso recientemente logrado.
Y el saldo entonces se equilibró. Porque Rojo encendió la alarma y no es fácil asimilar lesiones en estas instancias, pero también es necesario tener rodaje y eso lo saben todos los técnicos. Martínez, en su debut absoluto, puede al menos ostentar que su equipo defendió una idea y que por fin puso primera.