BARCELONA 1 - OSASUNA 0 / Tigrinho salva el sueño de Xavi

La reacción que esperaba Xavi tras su renuncia cayó en saco roto para unos veteranos que más allá de organizar comidas no sirven para mucho más. Los jóvenes tiran del carro. El Barça acabó sufriendo ante un Osasuna en inferioridad.

Santi Giménez
As
Vitor Roque, el último en llegar al Barcelona, fue el autor del gol que salvó el sueño de Xavi, que esperaba que su renuncia provocara una reacción en sus jugadores que no se vio en ningún caso, con las honrosas excepciones de los más jóvenes. Mientras Lamine, Fermín, Cubarsí o el propio brasileño firmaban el escaso pero necesario triunfo por 1-0 ante Osasuna, los organizadores de conjuras, comidas de hermandad y postureos varios ante los medios siguieron a lo suyo. Eso sí, son honestos. Dijeron que lo que pasa es su culpa y lo dejaron muy claro.

Xavi volvió a darse de bruces contra la realidad. El técnico, que había anunciado su renuncia al cargo esperando una reacción de sus jugadores, volvió a ver en la puesta en escena del partido como su mensaje, una vez más, caía en saco roto. La primera parte volvió a ser más de lo mismo.

Unos jugadores acomodados y que en los días posteriores al anuncio de su técnico se rasgaron las vestiduras diciendo que todo era culpa suya y que habían fallado a su entrenador volvieron a quedar como unos vivales. Los mismos que se conjuraron el lunes en una comida de hermandad en casa de Lewandowski, quedaron para hacer juntos la siesta en Montjuïc y así ir pasando los días.

La puesta en escena del Barcelona, que se suponía que debía ser la de un grupo que le debe algo a su entrenador y que demostrara algo de honor, fue deprimente. Jugadores como De Jong o Lewandowski, dos de los que más se autoflagelaron el sábado fueron rémoras para su equipo.

Si a eso le añadimos que Ferran Torres, uno de los pocos que se mueve (mal, pero se mueve) se lesionó a los cuatro minutos, el partido era cada vez más deprimente.

En el Barcelona, únicamente Fermín, que salió por el lesionado Ferran, Cubarsí y Lamine mantenían el nivel más allá de algún intento de remate de Koundé. El resto era un desastre mayúsculo que dejaba a su entrenador como a un iluso y a ellos como unos deportistas de postal, red social y mensajes grandilocuentes, pero que a la hora de pisar el césped y jugar al fútbol son un grupo muy vulgar.

En este equipo del Barcelona, casi todo es cartón piedra. Empezando por las comidas de conjura y los abrazos al técnico.

De Jong, trotando de manera errática, y Lewandowski, llegando tarde a todos los balones, ejemplificaban el lamentable partido de un equipo del que se esperaba una reacción y que iba a jugar sin presión, pero que se pasó la primera parte sin competir.

Con una sensación de estafa y de situación insostenible se llegó al final de la primera parte sin que el Barcelona hubiese disparado ni una vez entre los tres palos. Pero ya se sabe, que, para lo bueno y para lo malo, en este equipo pasan las cosas importantes en la segunda mitad.

Y lo primero que pasó fue una decisión increíble de Xavi, que retiró a Fermín, el único centrocampista que se movía ante la siesta larga de Gündogan, la cabezadita de Pedri y la parálisis de De Jong (que ya apunta a narcolepsia) para dar entrada a Vitor Roque.

La primera pelota que tocó el brasileño, tras un centro delicioso de Cancelo, de los pocos que demostraron no reírse en la cara de su técnico, fue a gol en un remate en el que se adelantó a la defensa rival. Una acción que despertó recuerdos de juventud en Lewandowski.

La siguiente acción de Roque fue la de ir al espacio y forzar por lucha y velocidad la segunda amarilla para Unai García. Otra jugada que Lewandowski miró con añoranza.

Con uno menos, Osasuna empezó a apretar al Barcelona, Raúl García disparó ajustado al palo e Iñaki Peña salvó el empate a disparo de Moncayola. Osasuna acabó muriendo en el área blaugrana con el portero Aitor Fernández subiendo a rematar, pero el Barcelona resistió y dio vidilla a su técnico. Es de suponer que tomó nota de quién reaccionó y de quién sólo está para posar.


Entradas populares