BARBASTRO 2 - BARCELONA 3 / Abonados al sufrimiento

El Barcelona pasa ronda de Copa, pero sigue transitando por la cornisa. Además, perdió a Íñigo Martínez. Xavi tuvo que recurrir a Lewandowski y Gündogan.

Santi Giménez
As
El Barcelona sigue adelante en la Copa fiel a su hoja de ruta de la temporada. Ganó el equipo barcelonista su pase a octavos ganando por 2-3 en el campo del Barbastro y sufriendo, que se ha convertido en la norma de la casa. El equipo de Xavi suma ya 20 partidos sin poder ganar un duelo por más de un gol de diferencia. Pero, con más pena que gloria ‘la nave va’, pero los síntomas siguen siendo preocupantes y el equipo sigue transitando por la cornisa de manera altamente peligrosa, especialmente ante la inminente Supercopa.

Dentro de las rotaciones que son casi obligatorias en estos partidos, Xavi fue a por lo seguro y plantó en Barbastro un equipo con muchos titulares. Tanto fue así, que Vitor Roque, que era una de las supuestas atracciones de la alineación inicial del equipo blaugrana, se quedó en el banquillo con más mantas que una castañera mientras que la línea de ataque blaugrana la formaban Raphinha, Ferran Torres y João Félix. En defensa, Xavi mantuvo a Koundé y Araújo y en la medular a Frenkie de Jong al lado de Romeu y de Fermín, que fue el mejor del Barcelona desde el inicio.

El centrocampista andaluz fue el jugador más dinámico del equipo de Xavi en un partido en el que el equipo blaugrana, a la que igualara la intensidad del rival, tenía claro que se iba a llevar la eliminatoria. Y Fermín fue la dinamo que movió el equipo junto al empeño del joven Héctor Fort, que nada más iniciarse la segunda parte colocó un gran centro que supuso el 0-2 obra de Raphinha.

Si Fermín era el que daba marcha al equipo, el peligro venía por el lado de Raphinha, que mantuvo un interesante duelo ante Carbonell, que le frenaba a base de faltas y logró descentrarle lo suficiente como para que el brasileño fallara un par de claras ocasiones, pero a la que le superó, colocó un centro mortal de necesidad al interior del área que Fermín convirtió en el primer gol. No sin polémica, porque en el inicio de la jugada pareció que Araújo había recuperado el balón que acabaría en la red de Fábregas en falta.

Ese supuesto error arbitral quedó compensado cuando le anularon al filo del descanso a João Félix un gol de cabeza por un fuera de juego que, de haber VAR, hubiera sido dado por bueno.

En el segundo tiempo, tras el gol de Raphinha a centro de Fort, el Barcelona parecía tener la eliminatoria en el bolsillo y llegaba, hipotéticamente, la hora de empezar a pensar en la Supercopa.

Pero si el Barça puede hacer algo difícil, no pierde la oportunidad. A la hora de partido, João Félix cedió un saque de esquina absurdo que el Barça defendió de pena para que De Mesa marcara en posición dudosa ante la pasividad coral de la defensa blaugrana y de Iñaki Peña.

Quedaba media hora de juego y Xavi dio entrada en el campo a Vitor Roque y a Iñigo Martínez. Pero la cosa no mejoró, al contrario. A Oriol Romeu le empezaron a temblar las piernas y sus pérdidas encendieron al campo del Barbastro. Para prevenir el desastre, Xavi sacó a Lewandowski y a Gündogan, pero a cambio, perdió a Íñigo, que duró apenas nueve minutos sobre el campo antes de recaer.

También recaía el Barcelona ante un Barbastro que a medida que se acercaba el final del partido se empoderaba cada vez más ante un Barça acobardado, que vio la luz en un penalti por mano que transformó Lewandowski para hacer el 1-3. Pero dos minutos después se confirmó que la tranquilidad no existe en este equipo y un penalti en el añadido le sirvió al Barbastro para marcar el 2-3 y acabar sufriendo un día más.


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