El
Aston Villa, segundo en la Premier, también camina firme en la FA Cup
después de ganar al Middlesbrough (0-1) gracias a un gol de Cash en el
88′.
As
Le
costó al Aston Villa de Unai Emery doblegar al Middlesbrough, equipo
que hace no mucho disfrutó de tiempo mejores en la Premier y que ahora
vive una aventura desértica por la Championship (la segunda división
inglesa), en la que marcha duodécimo y sin grandes aspiraciones para
regresar a la máxima competición del país. El muro que propuso el Boro
en esta tercera ronda de la FA Cup a los villanos de Birmigham aguantó
en pie hasta que un golazo de Cash lo tumbó tras 88 minutos de asedio.
Para
el momento que vive el Aston Villa, segundo clasificado de la Premier,
la FA Cup estaba marcada en el calendario como una cita con el dentista,
un parón que cortaba su buena racha liguera en su particular lucha de
David contra todos los Goliaths que tiene alrededor (Liverpool, City,
Arsenal y Tottenham). Por esa razón, Emery rotó a gran parte de su
equipo titular para el partido contra el Middlesbrough, aunque bien es
cierto que mantuvo en el campo a jugadores de la talla del Dibu
Martínez, Lenglet, Dendoncker, Alex Moreno o Ramsey (Pau Torres,
Mings, Tielemans, o Emiliano Buendía no estaban ni en la convocatoria).
Con ellos, el Aston Vila se adueñó rápido de la pelota y volcó el campo
hacia la portería de Glover, defendida prácticamente con dos líneas de
cinco jugadores por delante, un muro prácticamente infranqueable.
Konsa
fue quien estuvo más cerca de abrir el marcador antes de la hora de
juego, pero su cabezazo a la salida de un córner se estrelló con el
poste derecho. A falta de 20 minutos y con el partido de replay en el
horizonte, otro obstáculo que saltar en el calendario, Emery tocó
zafarrancho y sacó de una sola vez a Douglas Luiz, Watkins y Diaby. Ni
con esas, el muro rojo del Middlesbrough parecía caer, pero cuando
todo parecía que habría replay apreció Cash, que por sorpresa, desde 30
metros, enganchó un zapatazo en el 88′ que se coló por la esquina
inferior izquierda de la portería. Un gol que aliviaba al Aston
Villa y sobre todo, a Emery, que lograba saltar un obstáculo que le
permite volver a centrarse en el sueño de la Premier.