SEVILLA 0 - GETAFE 3 / Bordalás sentencia a Alonso
El Sevilla busca un sustituto para el uruguayo tras propiciar la primera victoria a domicilio del Getafe en casi siete meses. Los nervionenses, al borde de abismo.
Terminará así el experimentito del director deportivo Víctor Orta en el banquillo sevillista, haber encomendado el intento de recuperación post-Mendilibar a un hombre que no había entrenado un solo minuto no ya en LaLiga, sino a este lado del Charco. Mientras, el Getafe celebra aún más ponerse en manos de lo bueno conocido: recuperar a Bordalás le sirvió para salvarse la campaña pasada y le tiene ahora cerca de los puestos europeos, cuando la temporada anda cerca del final de la primera vuelta. Volver a Sevilla sirve de bálsamo para los azulones, pues la ya penúltima victoria liguera lejos del Coliséum había llegado precisamente a unos cuatro kilómetros de Nervión, en el Villamarín (0-1, el 24 de mayo pasado) contra el Betis.
Emopujado su afán por un tempranero gol de Mayoral (10 lleva ya en Liga, para seguir llamando fuerte a las puertas de la Selección), por penalti (manos) de Juanlu en el minuto 4′, el Getafe manejó a placer una primera parte durante a la que al Sevilla lo acabaron de devorar los nervios y el entorno. Baño táctico de Bordalás a Diego Alonso, que se marcha tras mostrar una triste cara como estratega y tampoco muy buena como motivador. Incapaces de llegar con peligro a las cercanías de David Soria, cuyo mayor contratiempo fue un doloroso costalazo, los locales se disipaban en pases inútiles y/o errados como el de Rakitic que dio lugar al 0-2. Greenwood aprovechó que la defensa sevillista andaba saliendo, más descolada aún, y Mata (36′) anotaba su primer gol de esta temporada. El punta madrileño lo celebró con rabia: nada como este Sánchez-Pizjuán hecho unos zorros para redimir a los más necesitados.
Casi no hacía cosquillas el Sevilla a su rival, ni en lo que quedó de primera mitad ni tampoco después de meter a Januzaj, Suso y Rafa Mir en el campo. Los locales siguieron estrellándose contra su propia impotencia mientras la grada, o lo que fue quedando en ella, estallaba en una mezcla de ironía (se cantaron Olés y enfado contra la directiva. Otra mano de Juanlu completaba la goleada getafense: convirtió el penalti Greenwood (0-3, 80′) sin que Bordalás hubiera necesitado siquiera hacer cambios, tal era la placidez con la que iba a ganar el partido y el escándalo, por contra, que deja en un Sevilla destruido moralmente, y obligado a darle otra vuelta de tuerca a su banquillo.
