NUGGETS 120-WARRIORS 114 / Jamal Murray sostiene al campeón
Murray marca la diferencia en un partido muy igualado en el que los Warriors tuvieron opciones hasta el final. Discreto Curry, 18 tiros libres de Jokic.
El partido no fue brillante, ni especialmente vistoso. Sí igualado, al menos. Cuando acabó, Steve Kerr echaba humo (“si fuera un aficionado, no habría querido ver esta segunda parte, ha sido horrible”) porque Nikola Jokic lanzó 18 tiros libres (metió los 18, por cierto) en una tarde en las Rocosas en la que el serbio sintió que no estaba la cosa para orfebrería fina (1/5 en tiros de campo al descanso) y se pasó buena parte del segundo tiempo forzando esas visitas a la línea de personal. Le funcionó, pero desde luego el partido se metió en un juego de cortocircuitos del que no salió un intercambio para enmarcar. Pero sí un final apretado: los Warriors estuvieron por delante en el último cuarto y seguían a tres dentro de los últimos tres minutos de partido, el momento en el que un par de canastones de la factoría Jamal Murray dejó la victoria en Colorado.
El partido fue milimétrico en muchas cosas, pero se inclinó por esos tiros libres de Jokic (18 por uno de Stephen Curry) y los puntos en transición de los Nuggets (20-8). Los Warriors respondieron con la producción de su reencontrado banquillo, fulminante contra un equipo que agrupa tanta anotación en su quinteto inicial como los Nuggets. Ahí están las buenas noticias para los visitantes: notables minutos de Saric, del rookie Jackson-Davis, de Chris Paul, de un cada vez más recuperado Andew Wiggins… una segunda unidad excelente en la que se queda sin sitio Moses Moody y que todavía tendrá que hacer ajustes cuando regresen el sancionado Draymond Green y el lesionado Gary Payton.
Tal y como estaban los Warriors hace unas semanas, pueden dar por bueno un partido tan competitivo en casa del campeón y en una noche en la que Klay Thompson se quedó en un 3/10 en triples y Stephen Curry en un 3/13. El base llegó al descanso con cuatro puntos y una canasta en juego, y tuvo un par de amagos de inspiración pero no llegó a entrar nunca en formato supernova. Ha jugado ya, un fijo por su condición de megaestrella generacional, diez partidos en Navidad y solo en uno ha superado los 20 puntos. Una estadística extraña rematada por los 18 que fueron pocos para lo que necesitaban unos Warriors fiados en los últimos minutos a las jugadas al poste de Wiggins y en los que hicieron (otra vez) un buen trabajo Kuminga y el novato Podziemski. Y en los que Kerr, cuando había que parar a Jokic en el último cuarto, confió demasiado en los galones de Kevon Looney.
Los Nuggets empezaron mejor pero se vieron después, mientras esperaban a que Jokic entrara en calor, acosados por esa energía que hace días no tenían los Warriors. Salieron bien del paso, con su jugador franquicia encontrando maneras (más cuestionables de las habituales) de producir (26+14+8), la aportación de Michael Porter, Aaron Gordon y Caldwell-Pope y, sobre todo, Jamal Murray, ese verso libre con alma de poeta y armamento ninja. El base canadiense acabó con 28 puntos pero, sobre todo, anotó las canastas que marcaron (en lo anímico y en la práctica) la separación definitiva entre dos equipos que parecieron en niveles semejantes durante muchos minutos. Eso, por una vez, es una buena noticia para el que perdió, visto de dónde viene. La victoria en la jornada de Navidad, en todo caso, es una buena guinda para este 2023 inolvidable de los Nuggets, campeones por primera vez… y con todas las trazas de ir a por más en 2024.