Nicolás De la Cruz, el pase con mil partes, entre deseos, ilusiones y necesidades: cuántos dólares le quedarían a River
Un club brasileño estaría dispuesto a quedarse con el volante uruguayo
Cuatro millones de dólares se comprometió a invertir River cuando incorporó al mediocampista, el 15 de agosto de 2017 desde Liverpool (Montevideo). Hasta entonces era conocido por ser el hermano de Carlos Sánchez, hijo de la misma madre y distinto padre. Es que a De la Cruz le demandó un año y medio la consolidación con la banda roja. Incluso llegó a generar murmullos en las tribunas del estadio Monumental, pero gradualmente cambió el panorama hasta convertirse en una pieza indispensable para el funcionamiento de River en el subcampeonato de la Copa Libertadores 2019.
A partir de ahí, su crecimiento únicamente se vio postergado durante el parate obligado por la pandemia. De la Cruz empezó a justificar ampliamente el respaldo de Marcelo Gallardo, que en la intimidad lo señalaba en 2017 como el mejor volante juvenil de Sudamérica luego de verlo en acción, pantalla mediante, en el Mundial Sub 20 disputado en Corea del Sur. Entre goles, asistencias y, sobre todo, una enorme capacidad para desdoblar su rol para aportarle dinámica al circuito ofensivo y colaborar con la marca, un ítem que le agregó el Muñeco, De la Cruz instaló su nombre en cada libro de pases.
Codiciado por varios clubes brasileños gracias a sus desempeños en el plano internacional, De la Cruz también sonó eventualmente en Europa, un destino que a medida que pasan los años parece inviable por dos razones para el charrúa: los continuos contratiempos en la rodilla derecha y la ausencia de un pasaporte del Viejo Continente que le permita no ocupar plaza de extranjero. Manchester City, Sporting de Lisboa y Lazio son algunos de los equipos que fueron vinculados al volante, pero la realidad es que nunca estuvo cerca de cruzar el Océano Atlántico para competir en las ligas de mayor importancia.
Aunque en River ostenta uno de los contratos más onerosos, De la Cruz quiere hacer una diferencia económica que le permita tener tranquilidad. A los 26 años, se siente cómodo en la institución de Núñez, pero sabe que una transferencia le posibilitaría engrosas su cuenta bancaria. Es por eso que realizó una exigencia para extender la duración de su vínculo en noviembre de 2022, antes de marcharse a Qatar para participar del Mundial: una promesa de venta.
Ese acuerdo con De la Cruz fue formalizado en la renovación del vínculo, vigente hasta el 31 de diciembre de 2025. La cifra mágica para encontrarle una salida al laberinto es de US$ 16.000.000 brutos, monto que está por debajo de la cláusula de rescisión (US$ 22.000.000) y que se repartiría en partes iguales entre River y Liverpool, es decir US$ 8.000.000. Ambas entidades poseen el 50 % de los derechos económicos luego de que a fines de 2022 el club argentino se comprometiera a adquirir un un 20 % en US$ 2.666.664 brutos a pagar en 24 cuotas. Al mismo tiempo, pactó con el mediocampista el pago de un canon locativo en octubre de cada año como reconocimiento económico más allá del incremento salarial previsto en el convenio laboral.
Ante ese escenario, la inversión de River por De la Cruz implica US$ 6.666.664 sin incluir el pago de sueldos, primas y premios. Eso significa que una venta representará un pequeño margen de ganancia para la institución que preside Jorge Brito. El atenuante del caso es que el uruguayo se podría haber ido libre el 1º de enero de 2023, pero cumplió con su palabra de no perjudicar a River ni tampoco a Liverpool.
Mientras tanto, Flamengo promete volver a la carga por De la Cruz. El club brasileño ya tiene el dato de que con US$ 16.000.000 y la conformidad del jugador podrá llevarse a una de las figuras del fútbol argentino. En River los dirigentes y el cuerpo técnico son conscientes de que la partida es muy probable en este mercado de pases. Incluso, Martín Demichelis lo admitió públicamente en los primeros minutos del domingo, cuando en la conferencia de prensa posterior a la eliminación de la Copa de la Liga Profesional respondió una consulta sobre el uruguayo: “Con Nico hay un compromiso de venta que el que viene, seguramente se lo lleve. Es uno de los mejores jugadores de la selección de Uruguay y del fútbol sudamericano. Ojalá no lo vengan a buscar, pero dudo que no vengan. Es joven, muy desequilibrante. Tiene características mixtas, te puede hacer de jugador ofensivo o defensivo”.
Irreemplazable a corto plazo, pero sin la posibilidad de retenerlo en el caso de que llegue una propuesta por la cifra mencionada, De la Cruz representa una encrucijada para River. Las restricciones en materia cambiaria son un auténtico obstáculo para poder abonarle el contrato en la moneda estadounidense y lograr seducirlo para que permanezca en el club. Asimismo, una venta tampoco dejará una suma de dinero acorde a su relevancia, a diferencia de otros mediocampistas que emigraron como Enzo Fernández y Exequiel Palacios.
Lo cierto es que el adiós parece inminente luego de seis años y cuatro meses en los que De la Cruz registra 212 partidos oficiales en River, con 36 goles y la obtención de nueve títulos. Podría haberse mudado a Qatar en el libro de pases anterior para actuar en Al-Duhail, pero prefirió no salir del radar de Bielsa. “Sería egoísta poner lo personal por encima de lo grupal. Soy un agradecido a la institución y a mis compañeros. Vamos a ir por todo”, manifestó el volante hace apenas ocho días, después del 2-1 sobre Belgrano, en Córdoba. Pero más allá de ese testimonio políticamente correcto, la cuenta regresiva ya está en marcha.