Los órganos envejecen de manera diferente y un nuevo examen podría identificarlo
Con un nuevo procedimiento médico, los expertos pueden comenzar a tratar posibles enfermedades relacionadas con ese órgano antes de que surjan síntomas
Alrededor de una de cada cinco personas razonablemente sanas de 50 años o más caminan con por lo menos un órgano envejeciendo a un ritmo acelerado, informaron investigadores estadounidenses esta semana en la revista Nature. Eso suena mal, pero también abre una oportunidad para una mejor salud, argumentan los expertos.
Un simple análisis de sangre podría decir qué órganos del cuerpo de una persona están envejeciendo rápidamente, de modo que los médicos puedan comenzar a tratar posibles enfermedades relacionadas con ese órgano antes de que surjan síntomas, dijeron.
“Podemos estimar la edad biológica de un órgano en una persona aparentemente sana”, dijo el investigador principal, Tony Wyss-Coray, profesor de neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford. “Eso, a su vez, predice el riesgo de una persona de contraer una enfermedad relacionada con ese órgano”.
En el estudio, Wyss-Coray y sus colegas examinaron a casi 5,700 personas, utilizando una sofisticada variedad de biomarcadores para implicar distintas “edades biológicas” para 11 órganos o tejidos clave. Estos incluían corazón, grasa, pulmones, sistema inmunológico, riñón, hígado, músculos, páncreas, cerebro, vasos sanguíneos e intestinos. Estas “edades biológicas” con frecuencia son diferentes del número real de años que han pasado desde el nacimiento de una persona, dijo Wyss-Coray.
Los investigadores encontraron que más de un 18 por ciento de las personas a partir de los 50 años tenían por lo menos un órgano que envejecía significativamente más rápido que el promedio. “Encontramos que estos individuos tienen un riesgo más alto de enfermedad en ese órgano en particular en los siguientes 15 años”, añadió Wyss-Coray en un comunicado de prensa de la Stanford. Apenas alrededor de 1 de cada 60 personas tenían dos órganos que estaban envejeciendo rápidamente, pero tenían 6.5 veces más riesgo de muerte que alguien sin ninguno de esos órganos, mostraron los resultados.
Luego, los investigadores comenzaron a buscar proteínas en la sangre que pudieran indicar un órgano que envejece rápidamente. Centraron su búsqueda en proteínas cuyos genes estaban cuatro veces más activados en un órgano específico en comparación con todos los demás. Los investigadores encontraron casi 900 proteínas específicas de este órgano, y luego utilizaron un programa de inteligencia artificial para elegir las proteínas que mejor se correlacionaban con el envejecimiento biológico acelerado.
Posteriormente, utilizaron las proteínas para concentrarse en cada uno de los 11 sistemas de órganos y tejidos, llegando a una "diferencia de edad" entre la edad de la persona y la edad biológica estimada de los órganos.
Las personas con corazones que envejecen rápidamente tenían un riesgo 2.5 veces más alto de insuficiencia cardiaca que las personas con corazones que envejecen normalmente, incluso si no tenían una enfermedad activa ni factores de riesgo clínicos, mostraron los resultados.
Del mismo modo, las personas con cerebros “más viejos” tenían 1,8 veces más probabilidades de mostrar disminuciones en el pensamiento en un plazo de cinco años que las que tenían cerebros que envejecen normalmente. El envejecimiento acelerado del cerebro o de los vasos sanguíneos predijo el riesgo de enfermedad de Alzheimer, además de los mejores biomarcadores existentes, encontraron los investigadores.
Los riñones que envejecen rápidamente se vincularon con la hipertensión y el riesgo de diabetes, y los corazones extremadamente envejecidos se vincularon con el riesgo de fibrilación auricular y ataque cardiaco, muestran los resultados. Los investigadores planean ampliar su estudio para incluir a más personas, lo que añadirá peso a lo que han encontrado.
“Si podemos reproducir este hallazgo en 50,000 o 100,000 individuos, significará que al monitorear la salud de los órganos individuales en personas aparentemente sanas, podríamos ser capaces de encontrar órganos que están experimentando un envejecimiento acelerado en los cuerpos de las personas, y podríamos ser capaces de tratar a las personas antes de que se enfermen”, concluyó Wyss-Coray.