La cruda revelación del exrepresentante de Michael Schumacher sobre la salud del alemán: “Ya no tengo ninguna esperanza de volver a verlo”
Willi Weber, de 81 años, habló con el diario alemán Express y fue lapidario
En cuanto supo del accidente en la estación de esquí de Méribel, en los Alpes franceses, Weber tomó una decisión de la que se arrepiente: no estar entre los primeros que acudieran a interiorizarse sobre el estado de salud del deportista. Eso, pese a que en las pistas se había convertido en su alter ego. E incluso lo acompañaba a todas las reuniones sociales a las que lo invitaban. “Por supuesto que lo lamento mucho y me culpo a mí mismo. Debería haber visitado a Michael en el hospital. Lloré como un perro después de su accidente. Me golpeó increíblemente fuerte, pueden imaginarlo. Por supuesto también el hecho de que Corinna (la esposa de Michael) ya no permitía ningún contacto. Pero en algún momento llegó el tiempo en que tuve que liberarme de Michael y dejarlo ir”, agregó Weber.
En 2021, y durante otra entrevista, Weber no se perdonó aquella decisión de no haber llegado al hospital de Grenoble donde el corredor había sido internado. “¿Por qué soy solo un neumático gastado para su esposa después de todos estos años y ya no encajo? ¿Por qué no se me permite visitar a Michael? ¿Por qué me castigan?”, se preguntó entonces. La pregunta era retórica, y él mismo se respondió: “Cometí un error. En ese entonces, no me subí al avión de inmediato y fui al hospital. Vi a la multitud y pensé que no tenía que hacer cola ahora. ¡Estuvo mal! Debería haber ido de inmediato. Me sentía miserable, sufrí como un perro”, contó entonces.
El exrepresentante del alemán continuó con su relato para Express y aportó más detalles sobre su tormento: “Incluso tres o cuatro años después (del accidente), la gente que me reconocía seguía preguntándome: ‘¿Sos el exagente de Schumacher?¿Cómo está Michael?’ Entonces dejé de intentar explicar y pensé: ‘¿Por qué nadie pregunta cómo estoy?’. Para mí estaba claro: bueno, ahora se acabó. Esta mierda tiene que salir de mi cabeza”.
Weber padeció en carne propia las secuelas de aquel tiempo: tuvo una operación en la espalda y un accidente vascular. “Pero lo peor son las piernas, se inflaman constantemente. Y en primavera también me infectaron los gérmenes del hospital. Era como una intoxicación de la sangre y existía el riesgo de sufrir una insuficiencia renal leve. Pero afortunadamente no tengo que someterme a diálisis. Los médicos me dijeron: ‘Tu cuerpo tiene que curarse solo’”, contó a Express quien también manejó las carreras deportivas de Ralf Schumacher (hermano de Michael), Niko Hulkenberg y Timo Schneider.
Autor de un libro titulado Combustible en la sangre sobre su trayectoria profesional y su relación con Schumacher, Weber continuó haciendo catarsis en la entrevista: “No fue fácil enfrentarme a todo eso nuevamente. Pero quería hacer esto. El libro debería ser un punto final para mí”, comentó el ex agente. Y se pronunció sobre la decisión de Mick Schumacher (hijo de Michael) de competir en el Mundial de Resistencia: “Creo que Michael tenía muchas ganas de llevar al chico a la Fórmula 1 y gestionarlo como yo solía hacerlo. Si hubiera estado al lado de Mick, el jefe del equipo Haas (Günther Steiner) no habría jugado un papel tan malo con él y Mick habría tenido una segunda oportunidad en otro lugar”, opinó Weber.
Steiner despidió a Mick Schumacher luego de varios accidentes en la temporada 2022, y pese a que había redondeado una gran campaña un año antes, en 2021. Según explicó el propio jefe del equipo Haas, lo hizo tras un despiste en una vuelta lenta durante la clasificación para el GP de Arabia Saudita. “No puedo emplear a un piloto que no estoy seguro de que pueda llevar un coche con seguridad durante una vuelta lenta. Es una locura. ¿A cuánta gente podemos contratar por 700.000 dólares? Ahora tengo que ir a buscar ese dinero entre todos”, contó Steiner en su libro “Sobreviviendo para manejar”.
Mick Schumacher correrá en 2024 la carrera de Le Mans, tal como su padre en 1991 con un Mercedes. “El niño tiene que adaptarse como lo hizo entonces su padre. Este no es un auto de fórmula. No puedes tirarlo a la curva como un Fórmula 3, que Michael conducía con precisión como un reloj suizo. El coche no encajaba en su conjunto, por lo que Michael no era el más rápido en el deportivo. Pero allí aprendió mucho para el futuro. Le deseo eso a Mick”, opinó Weber sobre el estreno de Mick en la tradicional carrera francesa.