Emergencia central
Con la expulsión de Nacho ante el Alavés, Rüdiger es el único central puro que Ancelotti tendrá tras las vacaciones. Fichar se torna obligatorio.
Llegan los ochomiles
Con el cambio de año comienza una sucesión de ochomiles: aparece la Copa del Rey (6 de enero contra la Arandina), se disputa la Supercopa de España (del 10 al 14 de enero), arranca en febrero la zona caliente de la Champions (Leipzig en octavos)... Militao volverá antes del final de la temporada, pero tras casi un curso de baja sería osado aferrarse al brasileño como solución. Además, con tan poca variedad se están acumulando más sanciones que en temporadas anteriores. En la 2020-21, los centrales blancos sólo cumplieron dos partidos de sanción (uno Nacho, otro Militao); en la 2021-22, tres (uno Nacho, dos Militao); en la 2022-23, otros dos (Nacho y Militao). En la actual, ya van tres: uno Rüdiger por acumulación de tarjetas y dos de Nacho por su expulsión de Girona. Mucho Himalaya por delante y poco fondo de armario para escalarlo.
Ancelotti ya ha conversado con el club acerca de la necesidad y los mecanismos están activados. De hecho, desde el cuerpo técnico ven con buenísimos ojos recuperar a un viejo conocido como Varane. Entre los parámetros del Madrid, además, se mueven varias alternativas, más o menos costosas (Antonio Silva, Gonçalo Inàcio, Scalvini). O un Rafa Marín que fue rival, pero bien podría ser compañero. El plan inicial de su cesión era que el de Guadajoz fuera el cuarto central en la 2024-25, pero la tesitura actual cambia el contexto. Como bien ha informado AS, no hay una cláusula que permita repescar al canterano, pero las buenas relaciones entre clubes pueden facilitar una negociación llegado el caso. “Si algo tiene que llegar, llegará”, analizó Rafa en entrevista con este periódico. Sea como fuere, el Real Madrid atraviesa en estos momentos un estado de emergencia central.