Elecciones en Boca: Juan Román Riquelme vs. Mauricio Macri, un choque de titanes con impacto en el fútbol y la política
Este domingo, de 9 a 18, se llevarán a cabo los comicios en la Bombonera
De un lado Juan Román Riquelme, el máximo ídolo de la institución, que lleva en su lista a varias figuras enroladas a las filas del kirchnerismo y el PJ tradicional, desde el titular de la Sindicatura General de la Nación, el albertista Carlos Montero, hasta el secretario de Industria del gobierno K de Florencio Varela, Ricardo “Tata” de la Fuente, pasando por la exlegisladora porteña del Frente para la Victoria Silvia Gottero (exesposa del fallecido Roberto Digón) y el encumbrado referente camporista Santiago Carreras, hombre de confianza de Máximo Kirchner en la AFA, exsenador provincial y director en retirada de la petrolera estatal YPF.
Enfrente, Mauricio Macri, expresidente de Boca y de la Nación, que condujo al Xeneize a su etapa más gloriosa (Copas Libertadores, dos Intercontinentales, cuatro títulos locales, entre otros trofeos) y que a principios de noviembre decidió acompañar en la fórmula a su exministro de Modernización con pasado como gerente de Boca, Andrés Ibarra. Una elección cargada de suspicacias de un lado y del otro de la grieta ideológica que mantiene expectantes no solo a los hinchas y socios de la entidad de la Ribera; también a las altas esferas de la política nacional.
Las elecciones en Boca entraron hace rato en la disputa macropolítica que implicó el ballottage presidencial del 19 de noviembre. El resonante triunfo de Javier Milei sobre Sergio Massa, tras otra campaña descarnada y atravesada por la violencia, el miedo y las acusaciones cruzadas, echó más leña a un fuego que ya ardía por sí solo. Para el oficialismo derrotado en la política nacional, la posibilidad de retener el sillón de la calle Brandsen representa un factor clave dentro del nuevo mapa del reparto de poder en la Argentina. Boca es un bastión popular y político de enorme relevancia nacional que a lo largo de los años ha servido como trampolín para innumerable cantidad de dirigentes. Algunos aventurados, incluso, empiezan a ver en Riquelme a un candidato potable para la intendencia de Tigre, su ciudad, o como parte del armado massista en la provincia de Buenos Aires.
La movilización que la propia agrupación de Riquelme convocó para el domingo 3 de diciembre por el barrio de La Boca contó con la presencia de funcionarios y dirigentes peronistas (entre ellos Gabriel Katopodis, exministro de Obras Públicas), además de varias columnas de militantes que llegaron en micro desde diferentes puntos del GBA y el interior de la Provincia. “Al banderazo lo armó el kirchnerismo”, denunció Macri. “El hincha tiene las elecciones más fáciles de la historia: ser un club de fútbol o que lo usen para hacer política. Estos señores quieren privatizar a Boca”, devolvió Riquelme.
En la boleta del macrismo tampoco escasean los apellidos de peso vinculados a la escena nacional. Entre los vocales titulares, por ejemplo, aparecen el presidente del Movimiento de Integración y Desarrollo de la Ciudad de Buenos Aires (MID) y legislador por CABA de La Libertad Avanza, Edgardo Alifraco; el expresidente del Consejo de la Magistratura, Francisco Quintana; y Raúl Ríos, quien tuvo a su cargo la Agencia Gubernamental de Control del Gobierno de la Ciudad. La lista opositora cuenta además con el respaldo de Javier Milei, aliado político de Mauricio Macri y socio activo del club desde 1999.
El flamante presidente de la Nación fue un fiel seguidor del equipo de Carlos Bianchi y supo disfrutar del ciclo más glorioso de la historia de Boca. Tuvo un palco en la Bombonera, acompañó al Xeneize en la final de la Copa Intercontinental del 2000 frente al Real Madrid en Japón y posee una estrella con su nombre en el Museo de la Pasión Boquense, ya que fue uno de sus socios fundadores. Admirador de Martín Palermo, Milei le ofreció ayuda a Macri “para sacar a Riquelme del club” y, al igual que su hermana Karina y sus padres, Norberto Milei y Alicia Luján Lucich, forman parte de los 94.188 socios habilitados para votar. Según pudo averiguar LA NACION, estaría todo dado para que el líder de La Libertad Avanza diga presente en la Bombonera al igual que Martín Palermo. De triunfar la oposición, el Titán será proclamado este lunes como nuevo DT de Boca. Si el que gana es Riquelme, el buzo quedará en manos de Diego Martínez, ex DT de Inferiores del club, de muy buenas campañas al frente de Tigre y Huracán.
Las elecciones en Boca definirán mucho más que los 28 miembros de Comisión Directiva y los 210 integrantes de la Asamblea de Representantes de Socios. Ibarra y Macri proponen imprimirle a la gestión un sesgo más empresarial, con el foco puesto en el fútbol y la profesionalización de las distintas áreas del club. Además, prometen llevar a cabo en cuatro años la construcción de la Bombonera Siglo XXI, un estadio moderno y con capacidad para 105.000 espectadores que se levantaría sobre los viejos terrenos de Casa Amarilla que ya son propiedad de Boca. Del lado del oficialismo, en cambio, se pretende darle al club un sentido más arraigado a lo social, continuar con el proyecto de promoción de juveniles e intentar ampliar la Bombonera siempre y cuando exista acuerdo con los frentistas de la calle Iberlucea. Y si no, quedará como está. “Si vos cambiás la Bombonera, por más que sea a la esquina, a dos cuadras o a diez, se termina nuestro club y se termina nuestra historia. Nos arrancan el corazón”, advirtió Riquelme en un fuerte mensaje electoral.
La injerencia de la política en Boca se hizo mucho más notoria a partir de las últimas tres décadas. De 1995 a la actualidad, el club votó el mismo año que el país y durante el mismo mes del acto de asunción del nuevo presidente. Jorge Ameal, José Beraldi y Jorge Reale fueron algunos de los referentes políticos de Boca que prometieron modificar el artículo 1 del Reglamento General de Comicios del club (“los comicios ordinarios para la elección general de autoridades de la institución se celebrarán cada cuatro años”) para evitar que los cambios de gobierno a nivel nacional influyan directamente sobre el resultado de las elecciones en Boca. En especial, a partir del desembarco de Mauricio Macri a la jefatura de la Ciudad y, en 2015, a la presidencia de la Nación. Sin embargo, favorecido por el viento de cola que trajo el triunfo del kirchnerismo en 2019, Ameal prefirió cajonear una de sus principales promesas de campaña.
Aun así, los resultados electorales en Boca no siempre fueron de la mano con las tendencias partidarias en el país. De hecho, el 85% del mandato de Mauricio Macri en el Xeneize transcurrió durante los gobiernos peronistas de Carlos Menem (1995-1999), Eduardo Duhalde (2002-2003) y Néstor Kirchner (2003-2007). Y en 2008, poco después de la asunción de Cristina, quien se alzó con la presidencia del club fue Pedro Pompilio, con una marcada supremacía frente al candidato opositor Roberto Digón, acérrimo rival de Macri y dirigente peronista de largo recorrido en el mundo sindical. Más allá de la buena gestión del macrismo (Boca venía de levantar la Libertadores del 2007 ante Gremio con un excelso Juan Román Riquelme), Pompilio también se vio fortalecido por la victoria de PRO en las elecciones porteñas de ese año, en las que Mauricio Macri se convirtió por primera vez en el alcalde de la Ciudad de Buenos Aires. Pompilio falleció en octubre de 2008 y en su lugar asumió Ameal, que completó el mandato del empresario papelero.
En 2011, Cristina Kirchner resultó reelecta con el 54% de los votos y por una diferencia de más de 37 puntos frente al candidato del Frente Amplio Progresista, Hermes Binner; mientras que Macri arrasó en el ballottage de la Ciudad ante el candidato K, Daniel Filmus. En Boca también hubo triunfo del macrismo pero de la mano de Daniel Angelici, que venció en las urnas a Ameal el mismo día que Boca se consagró campeón bajo la conducción técnica de Julio César Falcioni.
2015 fue otro año en el que la grieta que divide al país influyó de lleno en la contienda electoral de Boca. El año anterior, Angelici había despedido como DT a Carlos Bianchi y se había enfrentado públicamente con Juan Román Riquelme, quien decidió continuar su carrera en Argentinos Juniors. Boca, además, había sido eliminado por River tanto en la Copa Sudamericana de 2014 como en la Copa Libertadores de 2015, tras el escándalo del gas pimienta y la rápida reacción de la dirigencia millonaria, que esa misma noche voló hacia Asunción para reclamar los puntos en Conmebol. Pero el macrismo ya había triunfado en las elecciones a nivel nacional (Macri), provincial (María Eugenia Vidal) y en la Ciudad de Buenos Aires (Horacio Rodríguez Larreta). Y Angelici logró completar el póker al imponerse en las urnas con más del 43% de los votos.
Aunque el oficialismo se siente ganador, Ibarra y Macri se resisten a tirar la toalla. El viernes por la tarde, luego de que la Cámara Nacional de Apelaciones revocara la medida cautelar de que había suspendido las elecciones en Boca por presuntas “irregularidades” en el padrón, la jueza Alejandra Abrevaya dio lugar a un nuevo pedido de la oposición para que los 13.364 socios objetados (habrían pasado de adherentes a activos sin respetar un orden de prioridad) voten en un sector separado del resto.
El oficialismo intentó apelar, aunque la jueza no habría dado vista a la Cámara. De ese modo, en caso de un eventual triunfo oficialista por bajo margen, Ibarra y Macri tendrían la posibilidad de dirimir la legitimidad de esos socios frente a la Corte Suprema de Justicia. Según un muestreo que la consultora Prosumia realizó por pedido de la oposición, la fórmula opositora se impondría por cinco puntos de ventaja: 49,5% a 44,2%, con un 6,4% de indecisos.
Los comicios en Boca tendrán lugar entre las 9 y las 18, dentro de las tres carpas que fueron instaladas a finales de noviembre sobre el campo de juego de la Bombonera. Votarán socios activos, del interior y exterior que tengan la mayoría de edad y vitalicios con más de 30 años de antigüedad. Todos deberán presentarse con DNI y carnet al día (cuota de noviembre paga) en cualquiera de los tres ingresos habilitados: Brandsen e Irala, Brandsen y Palos, y Martín Rodríguez y 20 de Septiembre. Se espera una convocatoria cercana a los 50.000 socios, un número récord para Boca y el resto de los clubes del país. Una elección que puede marcar mucho más que el pulso del fútbol argentino.