El modelo del fútbol español y la meritocrac
El formato que propone la Superliga privaría a la mayoría de los clubes de la posibilidad de acceder a la competición en función de sus méritos deportivos. 244 equipos de más de una veintena de ligas europeas ya rechazaron este modelo.
La posibilidad de que un equipo modesto como el Girona FC gane el título liguero esta temporada no es ninguna utopía. El conjunto gironí, la revelación de LALIGA EA SPORTS con solo una derrota en las 18 primeras jornadas, ha escalado hasta el segundo puesto de la clasificación compitiendo de tú a tú con rivales como Real Madrid, FC Barcelona y Atlético de Madrid. Una hazaña inédita que ya se compara con otras gestas históricas. Como la Premier League conseguida en 2016 por el Leicester City, imponiéndose al temible Big Six –Manchester United, Manchester City, Liverpool, Arsenal, Chelsea y Tottenham, los clubes ingleses más potentes– con un presupuesto mucho menor, o los campeonatos que AS Monaco y LOSC Lille ganaron en 2017 y 2021, rompiendo la hegemonía que el Paris Saint-Germain mantuvo en la Ligue 1 francesa durante la última década. Aunque al Girona aún le queda la segunda vuelta de la temporada para certificar su proeza, la afición albirroja se permite soñar con codearse el año que viene con las más grandes de Europa.
Sus esperanzas simbolizan las de millones de aficionados en todo el continente; los de aquellos equipos que no están acostumbrados a pelear en las plazas más importantes. El Girona, tras dos temporadas consecutivas en LALIGA EA SPORTS, tiene más cerca que nunca la oportunidad de conseguir por primera vez la clasificación a la élite del fútbol europeo. Su historia se ha convertido en inspiración en España y en Europa. El universo del fútbol mira al Girona, el mejor ejemplo de cómo un club humilde pone en valor una liga nacional. De conseguir el pase, los albirrojos engrosarían la nómina de equipos españoles en Europa, donde han dominado en la última década con seis títulos de la UEFA Champions League (cinco del Real Madrid y uno del FC Barcelona) y otros siete de la UEFA Europa League (cinco del Sevilla FC, uno del Atlético de Madrid y otro del Villarreal CF). Sin embargo, la Superliga podría acabar con las aspiraciones de muchos equipos como el Girona, al eliminar el formato abierto que da acceso a los mejores equipos de cada país a competiciones europeas.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) concluyó este jueves en su sentencia sobre la Superliga que ni la FIFA ni la UEFA pueden decidir sobre la creación de nuevas competiciones sin unas normas que sigan ciertos criterios, puesto que lo contrario supone un “abuso de posición de dominio ” por parte de estos organismos. Según LALIGA, esto no significa que la justicia europea avale el proyecto de la Superliga, ya que el TJUE recoge en su dictamen que “una competición de este tipo no debe ser necesariamente autorizada”. Javier Tebas, presidente de LALIGA, dijo que la sentencia “viene a confirmar lo que siempre hemos dicho: cualquiera puede organizar competiciones fuera del entorno UEFA y FIFA”, aunque para estar bajo el paraguas de la normativa de competencia, “debe haber una normativa transparente, clara y objetiva para la aprobación de nuevas competiciones”.
Las ligas nacionales generan más del 75% de los ingresos del fútbol europeo. Un nuevo modelo que descapitalice estas competiciones afectaría al desarrollo de la competición y a la economía de los clubes. El fútbol profesional español, uno de los grandes pilares de la marca España a nivel global, es la principal industria de ocio y entretenimiento de nuestro país: mueve el equivalente al 1,44% del PIB, genera 194.000 puestos de trabajo y 8.390 millones de euros en impuestos.
Esta temporada se estiman unos ingresos récord de 3.400 millones de euros, un 3% más, según el informe Annual Review of Football Finance publicado por la consultora Deloitte el pasado junio. Siguiendo estos datos LALIGA sería, de las cinco grandes ligas europeas, la que más crecerá en este apartado.
A22, la empresa detrás de la Superliga, hizo público el modelo que tendrá la competición tras conocer la sentencia del TJUE. Propone un sistema de ascensos y descensos entre las 3 divisiones. Este modelo solo permite que dos clubes de cada división puedan ascender y descender. Las ligas domésticas solo darían acceso a 20 clubes para competir en la tercera división (sobre un total de más de 1.500 clubes profesionales europeos). La creación de la Superliga supondría para las ligas nacionales una disminución importante de los derechos televisivos que serían redirigidos hacia la Superliga, aumentando la brecha con los equipos que la jugaran, según LALIGA.
El nuevo formato presentado por A22 Sports es, según LALIGA, una “competición elitista, que no es abierta y de hecho es más cerrada que la propuesta de 2019. Continúa perpetuando la participación de unos pocos privilegiados, restringiendo la cima del fútbol europeo a una élite”. Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado del Atlético de Madrid, se muestra “conforme” con el modelo actual de competición de la UEFA, con tres competiciones porque “respeta y protege las ligas domésticas”. Además, el directivo recuerda que el sistema actual, así como los ingresos derivados, “se deciden conjuntamente entre los clubes europeos y la UEFA”.
Un total de 244 clubes de una veintena de ligas europeas, entre ellas las cinco grandes –la española, la inglesa, la alemana, la italiana y la francesa– rechazaron el modelo propuesto por la Superliga en el congreso CAP (Coalición contra la piratería, por sus siglas en inglés) celebrado en Madrid en 2019. El Sevilla FC, el club más laureado de la UEFA Europa League, es uno de los que se opone “rotundamente” al nuevo torneo. “No creemos en el tipo de formato, nos gustan las competiciones donde la meritocracia supone conseguir objetivos. Hemos tenido la fortuna de estar 18 años en competición europea de los últimos 19 porque nos lo hemos ganado”, explica José María del Nido Carrasco, vicepresidente del club nervionense. Algo en lo que coincide Ramón Alarcón, consejero delegado del Real Betis. “Lo más bonito del fútbol es que las victorias se hacen en el campo, es maravilloso que cualquier equipo pueda ganar. Las competiciones domésticas son esenciales por la pasión que cualquier ciudad tiene por su equipo cercano”, señala. “Intentar que compita solo una élite acabaría con el deporte”.
Según un informe de KPMG encargado por LALIGA en 2022, una nueva competición como la Superliga podría suponer un impacto en los ingresos de LALIGA y sus clubes de más de la mitad. “La creación de una liga secesionista dirigida por una empresa privada crearía un nuevo competidor para las ligas nacionales europeas, lo que reduciría su bienestar”, explica Jean-François Brocard, economista especializado en Economía del deporte de la Universidad de Limoges. A su juicio, las ligas nacionales tendrían que “compartir factores de producción y consumidores”, lo que reduciría sus ingresos y la calidad del producto. Miguel Ángel Gil Marín también cree que la Superliga afectaría “de manera relevante” a las ligas nacionales. “Les crearía un perjuicio muy grande, porque una parte relevante de los derechos de patrocinio y televisión se distribuirían entre unos pocos clubes, lo que conllevaría que lo que quedase de ingresos de televisión y patrocinio tendría que ser repartido entre el resto, que sería la gran mayoría”.
El estudio de KPMG analiza cómo bajarían los ingresos por los derechos audiovisuales, patrocinios, abonos y entradas. Si la Superliga se jugara en fin de semana y las ligas nacionales pasaran a disputarse entresemana, una de las opciones contempladas en el proyecto de la Superliga, los clubes españoles ingresarían ese 54,6% menos (1.810 millones de euros menos). Pero incluso si las competiciones nacionales se mantuvieran en fin de semana, las pérdidas serían de la mitad (1.660 millones de euros).