Ebrios y dormidos en el desempeño de su trabajo: los controladores de tráfico aéreo llevados al límite
Durante los dos últimos años, los controladores de tráfico aéreo y otras personas han presentado cientos de quejas a la línea de ayuda de la Administración Federal de Aviación para denunciar algunos problemas
Estos incidentes eran ejemplos extremos, pero encajaban en un patrón que revela los aspectos vulnerables más evidentes en una de los niveles de protección más importantes del sistema de seguridad de aviación en el país.
Durante los dos últimos años, los controladores de tráfico aéreo y otras personas han presentado cientos de quejas a la línea de ayuda de la Administración Federal de Aviación (FAA, por su sigla en inglés) para denunciar algunos problemas, como la peligrosa falta de personal, ciertos problemas de salud mental y los edificios en deterioro, algunos de ellos infestados de insectos y moho negro.
Hubo al menos siete reportes de controladores que se quedaron dormidos durante la jornada laboral y cinco sobre empleados que trabajan bajo la influencia de drogas o alcohol. Mediante una solicitud de registros abiertos, The New York Times obtuvo resúmenes de las quejas.
Los controladores de tráfico, quienes pasan varias horas al día pegados a los monitores y explorando el cielo, con la vida de miles de pasajeros en juego, son la última línea defensiva contra los accidentes. Este trabajo conlleva grandes riesgos y una enorme presión, incluso en las mejores condiciones.
No obstante, las condiciones de muchos controladores se encuentran muy lejos de ser las ideales. Una falta de personal a nivel nacional —producto de muchos años de rotación laboral y presupuestos ajustados, entre otros factores— ha hecho que muchos controladores deban trabajar diez horas al día por seis días a la semana.
De acuerdo con la investigación del Times, esto deriva en una fuerza laboral fatigada, distraída y desmoralizada que cada vez es más propensa a cometer errores. Estos hallazgos se basan en entrevistas con más de 70 controladores de tráfico aéreo, pilotos y funcionarios federales actuales y anteriores, además se consultaron miles de páginas de informes federales de seguridad y expedientes internos de la FAA que obtuvo el Times.
Aunque el espacio aéreo estadounidense es bastante seguro, en agosto, el Times informó que este año han estado ocurriendo situaciones potencialmente peligrosas, en general varias veces a la semana. Algunos controladores afirman que temen que sea inevitable que suceda un accidente fatal.
Según algunos informes internos de la agencia analizados por el Times, a lo largo del año fiscal que terminó el 30 de septiembre, hubo 503 errores de control de tráfico aéreo que la FAA calificó como “significativos”, 65 por ciento más que el año anterior. Durante ese periodo, el tráfico aéreo aumentó cerca de cuatro por ciento.
Una base de datos de los asuntos relacionados con la seguridad en la aviación está llena de errores recientes que han cometido los controladores debido a la extenuación. Un controlador del centro de control de tráfico aéreo del área de Jacksonville, Florida, le dio instrucciones a un avión de girar hacia la trayectoria de otra aeronave y luego atribuyó esto a su exceso de trabajo y fatiga. Un controlador que está en un centro que monitorea el cielo sobre el sur de California le indicó a un avión que volara demasiado bajo y atribuyó este error a estar “sumamente cansado” después de trabajar horas extras “continuas”.
“Si puedo cometer un pequeño error como este, es posible que cometa uno más grande”, escribió el controlador en un mensaje incluido en la base de datos que guarda la NASA.
Muchos controladores son apasionados de la aviación que se ven atraídos a ese trabajo debido a que pueden ganar mucho dinero. A algunas personas se les da la oportunidad de ganar más por trabajar tiempo extra.
Pero el Times descubrió que la combinación de trabajar semanas de seis días y turnos de 24 horas ha hecho que los controladores desarrollen problemas se salud física y mental. Muchos se rehúsan a pedir ayuda profesional debido a que hacerlo perjudicaría las certificaciones médicas que necesitan para trabajar. Algunos recurren a pastillas para dormir o al alcohol para salir adelante. Otros renuncian o se jubilan.
La FAA estimó que este año fiscal saldrían más de 1400 controladores (o cerca del diez por ciento de toda la fuerza laboral).
Jeannie Shiffer, una vocera de la FAA, señaló que la agencia “tiene el espacio aéreo más seguro, complejo y ajetreado del mundo”, y añadió que “En definitiva, el país necesita más controladores de tráfico aéreo, y aumentar la fuerza laboral daría como resultado mejores condiciones de trabajo y una mayor flexibilidad”.
Desde que, durante el gobierno de Reagan, se remplazaron a miles de controladores que estaban en huelga, la agencia ha tenido problemas para mantenerse al día y ha habido varias oleadas de jubilaciones. El problema se agravó durante la pandemia de COVID-19, cuando la FAA redujo la capacitación de nuevos controladores.
Para este año fiscal, la FAA solicitó 117 millones de dólares para la capacitación de controladores y la contratación de 1800 nuevos.
Sin embargo, la capacitación es difícil y muchos aspirantes a controladores reprueban. Se espera que el plan de contratación de la FAA tenga una “mejora mínima de los niveles insuficientes de personal de la actualidad”, y que haya un aumento neto de menos de 200 controladores para 2032, señaló en un informe de noviembre el Equipo de Análisis de la Seguridad del Sistema del Espacio Aéreo Nacional, un grupo designado por la FAA.
De 2011 a 2022, el número de controladores totalmente capacitados se redujo más de nueve por ciento, pese a que el tráfico aumentó. Con base en las metas establecidas por la FAA y el sindicato que representa a los controladores, el 99 por ciento de los centros de control de tráfico aéreo del país no cuentan con el personal suficiente.
Según el sindicato de controladores, con el fin de ayudar a llenar ese vacío, el año pasado, en el 40 por ciento de los centros los controladores trabajaron seis días a la semana al menos una vez al mes. Según datos de la FAA, la cantidad de horas extra que registraron los controladores se ha casi triplicado durante la última década.
El centro de control de tráfico aéreo de Jacksonville es uno de los más agitados del país, pero solo cuenta con 207 controladores, por debajo de la meta de 298 establecida por la FAA y el sindicato de controladores.
Los estragos a la seguridad se han puesto de manifiesto.
Hubo esa situación potencialmente peligrosa provocada por el controlador fatigado, la cual ocurrió en abril. Y en un informe confidencial de la seguridad del año pasado, un controlador de Jacksonville comentó estar hiperventilando y teniendo dificultades para pararse después de dos horas de dirigir un tráfico intenso de aviones.
“En fechas recientes ha habido un infarto al miocardio, muchos ataques de pánico (entre ellos los míos), personas que han perdido su certificación médica por depresión y algunas otras que simplemente renunciaron porque la FAA se ha vuelto pésima”, escribió el controlador. “Quién sabe cuántos otros problemas de salud mental y física provocados por el estrés estará habiendo de los que aún ni siquiera nos hemos enterado”, añadió el controlador. “Este lugar está afectando a la gente y necesitamos ayuda. Lo diré de nuevo ¡¡auxilio!!”.
En una audiencia en el Senado del mes de noviembre, Jennifer Homendy, presidenta de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, señaló que la falta de controladores de tráfico aéreo, junto con las horas extras obligatorias, se había convertido en una amenaza para la seguridad en la aviación.
En las entrevistas y quejas presentadas a la FAA, los trabajadores de tráfico advirtieron que ellos y sus colegas estaban sucumbiendo.
— Una queja hablaba de un controlador que había sido “sorprendido varias veces durmiendo en puestos operativos”. Otro hablaba de dos controladores quedándose dormidos “mientras prestaban su servicio en el tráfico aéreo”.
— Un empleado “agredió físicamente a un controlador y verbalmente a otro”, que comenzó a llorar y luego le empujó la silla a alguien. Otros reportes de la línea de ayuda también precisaban ataques físicos y verbales.
— Varios controladores han reportado que sus colegas se ven inestables y uno de ellos “muestra signos de problemas mentales”.
— En unas instalaciones, reportaron a unos controladores por “consumir alcohol y drogas ilícitas mientras estaban en sus puestos” dirigiendo el tráfico. Otro reporte hablaba del “fuerte olor a alcohol” de muchos trabajadores de tráfico aéreo.
— Una controladora que trabajó en Colorado y otros lugares comentó que se tomaba hasta nueve copas de vodka todas las noches para resolver sus problemas de sueño y los recurrentes ataques de pánico que su médico le atribuía, en parte, a su trabajo.
Shiffer, la portavoz de la FAA, comentó que la agencia está investigando todas las quejas de la línea de ayuda y está tomando medidas sobre las que son verosímiles.
Los controladores señalaron que han estado renuentes a buscar ayuda para sus problemas físicos y mentales porque las reglas de la FAA exigen que tengan certificaciones médicas.
Los lineamientos están diseñados para garantizar que los controladores estén bien física y mentalmente, les prohíben tomar ciertos medicamentos que puedan provocarles somnolencia o algunos otros efectos secundarios. Las normas también les impiden trabajar a los controladores que tienen ciertas enfermedades.
Según muchos controladores, una consecuencia indeseada es que evitan tomar medicamentos necesarios o recurren a las drogas o el alcohol.
Shiffer afirmó que la agencia toma muy en serio la salud de los controladores e incluso les ofrece terapia gratuita.
Ashley Smith había trabajado durante más de una década como controladora en la zona de Atlanta.
De acuerdo con un informe interno de seguridad de la FAA, en enero de 2022, un error de un controlador de Atlanta hizo que dos aviones de Delta se acercaran de manera muy peligrosa. Una alerta de accidente que apareció en la cabina ayudó a que los pilotos de un avión ascendieran con rapidez. En un análisis, la FAA reconoció que la fatiga habría podido ser una de las causas, ya que el horario del controlador había incluido dos turnos de tiempo extra en cada una de las tres semanas anteriores.
Unas cuantas semanas después de esta situación tan potencialmente peligrosa, Smith envió un correo electrónico a Tim Arel, un alto funcionario de tráfico aéreo de la FAA. En él, precisó cómo muchos conatos de accidente recientes en Atlanta habían involucrado a controladores que en repetidas ocasiones habían tenido turnos de tiempo extra.
Arel contestó al día siguiente reconociendo que la agencia estaba enfrentando problemas de personal.
Tres meses después, Smith renunció, convencida de que nada podría mejorar.
“Nada más lo están postergando”, aseveró.