Del liderazgo a la solidaridad de manada: la sorprendente estructura social de los lobos
Comprender la organización de esta sociedad animal es esencial para entender a nuestros perros, sus descendientes directos. Comunicación, jerarquías y necesidades para conocer cómo interactuar y liderar a nuestros compañeros de cuatro patas
La jerarquía es estricta y es un claro mecanismo de supervivencia del conjunto. Esta estructura social promueve la unidad y el orden social reduciendo los conflictos y las agresiones entre sus miembros.
Lo que los mantiene unidos es un fuerte vínculo físico y emocional. La manada es esencial para darle significado a la existencia de los animales.
Este acto de colaboración perfecto, con la preservación como objetivo, la complejidad de sus relaciones sociales y el uso del lenguaje corporal para transmitir las reglas de la manada son todos factores que nos hacen detenernos y reflexionar acerca de la magnitud de la inteligencia y la profundidad de las emociones de los animales.
Los lobos son animales sociales por naturaleza y mantienen su organización a través de la comunicación permanente usando los sonidos y el lenguaje corporal. Puede ocurrir que nuestros perros, más de una vez, quieran comunicarse y que el mensaje no llegue o sea malinterpretado por nosotros por desconocimiento de las premisas de organización y comunicación.
Si estas premisas fallan o no se cumplen, el que falla es el mensaje y se producen cortocircuitos que determinan serios y graves problemas de conducta en nuestros perros.
En la naturaleza, el líder de una manada nace, no se hace. Los líderes son aquellos que nacen con niveles de energía muy altos, dueños de un temperamento dominante y firme. Recordemos que el temperamento es la parte innata del comportamiento.
En el perro, el papel de líder lo debemos desempeñar nosotros teniendo en cuenta los diferentes factores o recursos por los que lucha un perro (un lobo moderno y disfrazado): alimento, agua, pareja, lecho, individuo socialmente favorito y juguete. Del mismo modo, los lobos, pujan por sus recursos, a excepción de los juguetes ya que los lobos no son neoténicos.
En ellos el orden del rango se establece y se mantiene por medio de una serie de peleas ritualizadas y de posturas que funcionan como una intimidación ritual, raramente consumada. Los lobos prefieren una guerra psicológica al combate real y el alto rango se basa más en la personalidad o actitud que en el tamaño o en la fuerza real.