Decisiones finales
El contrato de Modric, Kroos, Lucas y Nacho acaba el 30 de junio. La política del club implica que la extensión, al superar la ‘treintena’ en todos los casos, sea año a año.
Algo no tan sencillo en los tres casos venideros. Empezando por Modric, que vive un contexto con aristas. A sus 38 años, Luka decide. Como lo hizo la campaña pasada, donde prefirió continuar ampliando su legado blanco en lugar de sucumbir a los millones saudíes (rechazó 200 en tres años del Al Hilal). Ahora, las oportunidades para Luka están siendo más guadianescas que nunca. La pujanza de la savia nueva, unida a la superpoblación inicial (las lesiones han ido abriendo rendijas) de la sala de máquinas le han restado preponderancia. Con 1.022 minutos, es el duodécimo jugador más utilizado por Carletto. Una situación anómala para el croata que le hará manejar con calma los tiempos. No le faltarán propuestas. Ni de Arabia ni de la MLS. “Yo vivo el presente, veremos lo que ocurre en el futuro”, dijo en la Gala de AS. Un mensaje que esconde una realidad, a partir del 1 de enero tocará pensar. Mucho.
Kroos no entiende de transiciones
También en el caso de Kroos, más particular si cabe pues son las sensaciones e inquietudes del alemán las que marcarán el paso. Ocurrió en 2023 y lo hará en 2024. Si es su rendimiento el que inclina la balanza, el madridismo puede respirar tranquilo. También si depende del club o Ancelotti, que le animan a renovar. Cuando amanecía el curso parecía que el once de gala se dibujaría sin el de Greifswald. Entrados en faena, Toni está firmando una campaña excelente, como una pieza indiscutible que equilibra el físico vigoroso de los Camavinga, Tchouameni o Valverde cuando no media percance físico y también si hay alguna ausencia formando parte de un doble pivote más que solvente con el Halcón como escudero. La transición dulce no pasa por Kroos. Y ese puede ser su mejor impulso para ampliar su vinculación otro año. Siempre ha afirmado que su plan no pasa por rozar los 40 sobre el verde, pero a los 33, su tanque de fútbol está lejos de secarse.
La duda de Nacho
Mientras que Nacho ya dudó hace unos meses y la situación no ha cambiado. Con Militao, Alaba y Rüdiger sanos, el canterano es el cuarto central. Pero siempre termina apagando fuegos. Esta temporada es el último ejemplo, donde ha emergido como la solución ante la plaga de lesiones con un rendimiento intachable. El quid estará en sus sensaciones de cara a la 2024-25. El club ya otea otros centrales como Gonçalo Inácio (22 años, Sporting de Portugal) o Robert Renan (20 años, Zenit) y ya apuró la decisión al máximo a final del curso pasado. Retirarse como One Club Man es tentador, pero también vivir una última experiencia antes de colgar las botas. Su elección no estará regida por lo económico, nunca lo ha estado, pero el factor continuidad y regularidad en lo que a oportunidades se refiere sí será decisivo. Con el futuro más que asegurado con los contratos de larga duración de los Bellingham, Vinicius, Rodrygo, Camavinga, Valverde y compañía, el Madrid entra un territorio clave para dar las pinceladas finales al presente.