CHAMPIONS (E) | ATLÉTICO 2 - LAZIO 0 / Buena victoria, mejor bombo

El Atleti ata ante la Lazio el pase a octavos como primero de grupo. Lino, hombre del partido. Asistió a Grizi para el 1-0, causó la anulación del 2-0 de Hermoso para marcarlo después él mismo, con una volea con la derecha.

Patricia Cazón
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Siete años después, el Atleti pasaba a octavos como en la última temporada con el viejo Calderón aún en pie. Bailando y primero, primero y sin apenas sufrir. La Lazio, que buscaba lo mismo, lo hace segunda. A los del Cholo un punto les bastaba para enterrar estos siete años con más curvas en las fases de grupos de Champions de las esperadas y una debacle, la del año pasado, que ha sido catarsis. Logró los tres. Lino se hizo termita para devorar las aspiraciones de Sarri, su pizarra convertida en serrín a los cinco minutos con veinte segundos.

Porque fue Griezmann quien lo empujó a la red pero Lino el que lo cocinó. Provedel comparecía en el Metropolitano de negro y no con el amarillo con el que le había marcado al Atleti en la última jugada del partido de la primera jornada. Marusic se equivocó, Lino robó, corrió y asistió al corazón del área chica para que Grizi mandara la pelota a la red con la diestra y demostrara que no tiene malo ni su pierna menos buena. Baile de manos a lo rapero Drake y otro gol arañado al récord de 173 de Luis. A dos está ya tan solo. Su décimocuarto en la temporada fue a la vez su 171 con la rojiblanca. Lo celebró abrazando a Lino mientras el Metropolitano celebraba. Y respiraba el Cholo.

Si la Lazio había salido con Immobile por delante de Taty Castellanos y Pedro, de Felipe Anderson, en el Atlético los cambios eran más numerosos (cuatro) y más llamativos (Koke y Morata en el banquillo y Witsel de 5, donde menos le gusta al entrenador, aunque ese sea su sitio natural). Los italianos salieron sin llegar a presionar de verdad o demasiado arriba, vigilando siempre las espaldas ante ese hombre que jugaba libre y todo lo mejora, el mejor futbolista del mundo en estos momentos. El más influyente. Este Griezmann con una madurez futbolística apabullante. El paso adelante después de su gol, sin embargo, fue de la Lazio.

El primero en rozar el empate fue Zaccagni, que llevaba todo peligro en sus internadas. Su disparo cruzado desde la frontal silbó muy cerca del palo y el Atleti comenzó a temblar. A medir mal, a perder balones Savic, a errar De Paul pases. A Lino y Grizi no les llegaba uno para la claridad ofensiva o romper una línea. Guendouzi se topaba con Oblak y Gila lo mismo antes de que Immobile lo hiciera con el lateral de la red tras una internada de Luis Alberto. La Lazio rondaba con más ladrido que mordisco. Era el Atleti el que, cuando tiraba, lo hacía a dar de verdad.

Porque Lino corría como si le persiguieran antorchas de fuego, creando peligro por la izquierda cada vez que rozaba una pelota. Llegó por dos veces para que el Atleti volviera a inquietar a Provedel. Y cuando Hermoso marcó el 2-0, la tranquilidad, estaba tan cerca que estorbó la visibilidad del portero y el árbitro lo bajó del marcador tras ser avisado por el VAR y pasar por la pantalla.

El descanso llegó con Grizi en el área contraria, un recorte y un tiro fuera que sería su final en el partido. Al descanso no regresó de la ducha, dándole el Cholo al fin ese reposo que Deschamps le negó ante Gibraltar. Al verde, Memphis y Söyüncü. Ahí donde continuaba Lino, ñam-ñam comiéndose las aspiraciones de Sarri, tunelando a la Lazio y sin dejar de llamar a la puerta de Brasil. Toc-toc-toc, zancada a zancada.

Provedel aún debía seguir mirando a Memphis, que un minuto antes se habría presentado ante su puerta haciendo el escorpión para tratar de golpear un balón atrás de Hermoso en esa jugada. Porque Memphis andaba de regreso a su área y Lino trataba de combinar con él cuando se topó con el defensa que le sirvió de pared. El brasileño se sacó una volea de la derecha para lograr lo que antes del descanso había evitado: el 2-0, la tranquilidad total. Si en la primera parte la Lazio había ladrado al oído del Cholo, en la segunda no olió ni de lejos a Oblak.

Sarri intentó cambiar el rumbo de este partido que le llevaba al bombo 2 de estos octavos con cuatro cambios casi a la vez, pero Felipe Anderson y Taty entraron con el duelo ya decidido. El Cholo era dueño y señor del control, el reloj y el balón mientras Savic se iba con la mano en el muslo. El bombo 1 tenía inquilino y era su Atleti. Abrazado a su victoria número 20 seguida en casa, récord, y el regreso de su paso de campeón. Mientras, Lino sigue corriendo.


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