CHAMPIONS (D) | INTER 0 - REAL SOCIEDAD 0 La Real Sociedad pide paso en el bombo de los líderes

Partido serio, con mucho trabajo aunque sin la brillantez de otras tardes, del equipo de Imanol ante el Inter, al que tuteó en su campo. Los txuri-urdin duermen en la casa del Arsenal, City, Madrid, Bayern, Arsenal...

Alfonso Herrán
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La Real Sociedad se va de la fase de grupos como campeona de grupo, sin haber perdido ni un partido y con la gratificante sensación de que si pasó por el campo del vigente subcampeón, nada menos que el Inter, mostrando unos galones, autoridad y ambición sin límite, está para grandes empresas en el mejor torneo del Viejo Continente. Paso en el bombo de los líderes, con los colosos Bayern, Madrid, City y Arsenal, por ejemplo. Este equipo ya no sale agarrotado ante los grandes fuera de nuestras fronteras, la personalidad no se le evapora cuando toma un avión por el cielo de otros países, es el año, el de pensar en que se puede llegar muy lejos. Ahora, a esperar rival en octavos, con la vuelta en Anoeta y mucha clase para ser considerado uno de los cocos del bombo. Este grupo asume tanta exigencia que hasta unas tablas en un estadio legendario como el Giuseppe Meazza se interpreta como una faena serio y sin las brillantez de otras veces, con poca profundidad. Nadie puede con el Inter este año, sus números asustan, pero los txuri-urdin se pusieron el mono de trabajo. El Inter que esta vez tuvo que rendirse ante un gran enemigo.

Para empezar, Imanol pudo contar con Zubeldia, que es un gladiador y no pudieron con él sus intensos dolores en la espalda durante 77 minutos. Ahí pidió el cambio porque no podía casi ni caminar. Era fundamental tener su solidez atrás en compañía de Le Normand para neutralizar las veloces arremetidas de los nerazzuri. Ambos púgiles salieron contemplativos en los primeros minutos, sabiendo que el pulso era muy largo. En el primer cuarto de hora la Real impuso su plan, aunque sin aproximaciones a la portería de Sommer, un espectador sin asiento en el Meazza. No había disparos a la meta interista, pero la tropa de Imanol patrocinaba una presión alta muy efectiva. Pero empezó a sospechar que era una tela de araña en la que quería atraparle el tricampeón europeo.

Las cartas estaban sobre la mesa: intentaba mandar y llevar la pelota el equipo donostiarra y esperaba atrás, con una línea de cinco y otra de tres por delante, el equipo de la capital lombarda para salir con el juego abierto a los carriles. El partido era táctico, pero ese ejercicio de pizarras no podía esconder un fútbol soporífero. En el minuto 35 la posesión era abrumadoramente vasca: 80 ante 20 por ciento. Pero ese escaso dominio local había sido muy intenso, con cosas que contar. Y entonces metió una marcha más que asustó a los de Imanol, siendo más agresivo. Apareció Thuram y empezó a hacer pupa. Una jugada de Alexis con centro a Mkhitaryan fue el primer zarpazo. El Inter seguía montando transiciones y a la Real le costaba ir hacia atrás. Se tenía que obligar a hacer más cosas con el balón, no solo cederlo por conservar su tutela. Dimarco protagonizó el primer tiro a puerta, un disparito que atajó Remiro del propio Mkhitaryan, esto ya al borde del pitido del final del primer tiempo.

Imanol veía que tenía que mover mejor el engranaje del Inter. Di Marco y Cuadrado se lanzaron a la aventura más arriba, síntoma de que el Inter urdía un plan más decidido de ataque, aunque no le entraba la ansiedad, era muy cuidadoso para sacar la bola. El técnico de la Real estaba muy cabreado viendo un cuadro tan plano. Así que movió la coctelera, poniendo en liza a Turrientes por Sadiq, para llevar a Zakharyan al extremo izquierdo y poner a Oyarzabal de ‘nueve’. Inzaghi dio una vuelta a la tuerca mudando su ataque con Arnautovic y Lautaro para los 24 minutos finales. Verle solo calentar al campeón del mundo y autor del empate en la primera vuelta hacía temblar a los donostiarras. Bien es cierto que a la Real le vino como anillo al dedo los cambios, porque se movió con otro rostro.

Kubo, casi inédito en la noche milanesa fría y con la niebla amenazante, apareció en el minuto 75 para pegarse un piscinazo en una internada en el área ante Calhanoglu. El árbitro picó en un primer instante, pero el VAR está para delatar estas picardías. Imanol hizo debutar a Magunazelaia en la Champions, mientras era encomiable la actitud de su equipo intentando apretar arriba. Elustindo vio una amarilla por protestar ante una dura entrada a Zubimendi que le borra del primer partido de octavos. Sólo faltaba por asistir a la última intimidación de Lautaro. Llegó con un balón diagonal desde la banda, que remató casi sin ángulo y esta vez la pelota se marcó fuera por poco. La Real agarró el liderato con la fuerza de un titán. Un éxito sin precedentes en su historia, mostrando una jerarquía que jamás había presentado en su vida europea. Sólo se puede aplaudir a Imanol y lo que está haciendo su Real. Están de vuelta en la Champions por primera vez en una década y han terminado primeros de un grupo muy difícil, invictos y con sólo dos goles en contra.


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