Camavinga: objetivo Arabia

Su recuperación vuela y apunta a la Supercopa. Lleva seis semanas de baja (se le diagnosticaron entre 8 y 10), pero la pasada ya estaba esprintando. Hoy ha tocado balón con el grupo.

Sergio López de Vicente
As
Como un milagro navideño. Porque tiene poca explicación pero, a la vez, toda: muchísimas horas de trabajo en la sombra y una genética favorable. Así ha conseguido Camavinga lo que parecía utópico: llegar a la Supercopa de España (semifinales, ante el Atleti, el 10 de enero). Acortar los plazos y tener muchísimas opciones de jugar el derbi de Riad. Que las ocho-diez semanas de baja que los médicos le apuntaron tras aquella fatídica resonancia (rotura del ligamento lateral externo de la rodilla derecha), al final, vayan a ser seis-siete. Estos días serán trascendentales, pero el francés, desde la semana pasada, pisa césped y esprinta. No se queda ahí: este viernes, en el regreso a los entrenamientos, ya tocó balón e hizo trabajo con el grupo. Desde el club no se oculta el optimismo: puede tener incluso minutos frente al Mallorca.

Camavinga, sentado en el banquillo del Bernabéu, la noche del partido ante el Granada.
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Camavinga, sentado en el banquillo del Bernabéu, la noche del partido ante el Granada.JESUS ALVAREZ ORIHUELADiarioAS

Todo se remonta al pasado 15 de noviembre, el último parón internacional antes de las navidades. Francia, ya clasificada para la Eurocopa, recibía a Gibraltar (a la que endosó un 14-0) y viajaba a Grecia. Los medios locales apuntaban al parón como una buena oportunidad para convocar a jugadores menos habituales y dar descanso a los pilares; pero no sucedió. Deschamps se llevó a los cocos, entre ellos Camavinga, que dos entrenamientos antes del primer partido recibió un durísimo golpe de Dembélé. Totalmente fortuito, pero carísimo: lo que parecía un esguince, acabó siendo una rotura del ligamento lateral externo de la rodilla derecha. Se le diagnosticaron ocho semanas de baja, con opciones de que fueran diez. Pero no menos.

Hasta que sucedió el milagro. Camavinga se puso en manos de fisios y médicos para intensificar su regreso, algo que ha ido surtiendo un efecto asombroso. Porque ante esos tiempos, el propio club asumió que se perdería la Supercopa de España y comenzó a preparar el torneo sin él. Pero paren máquinas. La semana pasada, quinta de rehabilitación, sorprendió saltando al césped con un aparatoso vendaje en la zona, pero trotando y terminando con ejercicios de gimnasio. El jugador ya no sentía dolor y el optimismo floreció. Esta semana, la sexta, ha viajado a Los Ángeles con Vinicius y se ha entrenado en las instalaciones de los Galaxy. Otra vez, grandes sensaciones. El trote ya es esprint. Así que sólo faltaba el balón.

Camavinga toca balón, en el entrenamiento de este viernes.
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Camavinga toca balón, en el entrenamiento de este viernes.

Objetivo: Supercopa

Y ha sido hoy. El equipo ha regresado a los entrenamientos tras las vacaciones, en una sesión en la que Camavinga concentró muchas miradas. Carvajal y Vinicius trabajaron con el grupo y apuntan al once frente al Mallorca, estando totalmente confirmados para la Supercopa. En cuanto a Cama, similar, pero algo ligeramente por detrás: podría tardar unos días en recuperar el ritmo competitivo y disputar minutos frente al Mallorca se antoja una incógnita, pero no está descartado. El objetivo, una vez el optimismo se ha apoderado del caso, es que esté disponible para la Supercopa, aprovechando esta semana, que sería la séptima, para recuperar ritmo competitivo y espantar los fantasmas de una recaída. En cualquier caso, las diez semanas de baja están descartadas y las ocho, casi enterradas. Camavinga también ha acortado sus plazos. Y ya asoma por la puerta.

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