Brahim, premio a la resiliencia
El malagueño ha sido elegido mejor jugador de diciembre del Real Madrid y toma el relevo de Bellingham y Rodrygo gracias a sus números y rendimiento.
Premio a la resiliencia. Porque la campaña del malagueño comenzó espinosa aunque ahora sólo se vea el pétalo de la rosa. En pretemporada fue uno de los más destacados, pero cuando todas las piezas de ataque fueron engranándose (Vinicius y Rodrygo comenzaron la preparación ya en Los Ángeles), el minutaje de Brahim fue perdiendo empaque en verano hasta comenzar el curso con un panorama complicado. En los primeros seis partidos, 26 minutos. Figurar como el recambio natural de un Bellingham mediapunta era una rémora importante. No obstante, Brahim exprimía sus apariciones hasta que llegó Las Palmas. Descansó Jude y el malagueño disfrutó de su primera titularidad. A pesar del hombro luxado (aún le molesta), no se planteó bajarse del barco. El resultado, gol para abrir el triunfo y primera ovación cerrada del Bernabéu. Un idilio con la grada perenne desde entonces.
Cuando peor venían dadas, Brahim no bajó el pistón. El rendimiento superaba a la continuidad y Ancelotti llegó a reconocer “injusto” el reparto de oportunidades al 21. Las lesiones fueron abriendo puertas. Sin Vinicius, el frente de ataque se despoblaba. Sin Tchouameni y Camavinga, Carletto rediseñaba su esquema. Donde antes Brahim era el Bellingham de guardia como vértice del rombo, ahora podía ser también complemento. En un 4-4-2 escorado a la derecha con el de Stourbridge a la izquierda. Más posibilidades, auspiciadas por su brega. “El tiempo pasado en Milán le hizo mucho bien, a nivel defensivo ha trabajado mucho y ha vuelto en una condición táctica óptima. Se posiciona siempre bien sin balón. Es raro verlo en un delantero de su calidad”, reconocía un Ancelotti encantado por esta versión a la italiana de Brahim.
Y todo cambió
En noviembre comenzó a cambiar el sino. Marcó el Braga y asistió contra el Nápoles, aportando estadística a los intangibles. Pero fue en diciembre donde se ha disparado. Titular en cuatro (Granada, Betis, Villarreal y Alavés) de los cinco partidos (sólo salió desde el banquillo ante el Union en Berlín). El tanto que descerrajó el duelo ante el equipo nazarí, una asistencia de postín a Bellingham en el empate contra el Betis y su gol maradoniano contra el Villarreal (”La individualidad de Brahim... Bueno, eso ya a ha sido la guinda del pastel. Espectacular”, sintetizó Ancelotti; “uno de los mejores de mi carrera”, sonrió el atacante). Un encuentro como interior izquierdo, uno como mediapunta, uno como delantero y otro como interior derecho. En total, cuatro goles y dos asistencias en 665 minutos, participando en un tanto cada 110,8 minutos. Polivalencia, actitud y verticalidad como llaves hacia la continuidad cuando la enfermería pierda overbooking. Brahim ha coronado el Tourmalet y comenzará 2024 con la pendiente a favor.