BETIS 1 - GIRONA 1 / Betis frena al Girona

Un gol del central del Betis pone en jaque el liderato del equipo de Míchel, que se adelantó de penalti y desperdició contras. Nadie sonríe en la bonita batalla del Villamarín.

Daniel Lagos
As
El Girona no es intocable en esta Liga. Se plantó en el Villamarín con su misma valentía de siempre y acarició la victoria desde que Dovbyk anotara su penalti y el Betis tropezara con su ineficacia. Pero la historia tenía un final inesperado para el equipo de Míchel y quizás merecido para un conjunto verdiblanco que supo siempre creer pese a que su fútbol carecía de pegada. Fue Pezzella el que apareció a un suspiro del cierre para ejecutar a Gazzaniga y motivar un reparto de puntos que ni sirve al Betis ni complace al Girona. Nadie quiso dejar de ganar, pero ninguno de los invitados a este baile merecía despedirse del año con una derrota.

Había deseos de posesión desde el inicio, pero fue el Girona el equipo que tomó los mandos con el balón. Aleix, Iván Martín y Pablo Torre se unieron para que la asociación fuera por momentos casi infinita. El Betis cerraba espacios y corría. Corría mucho. Miranda perseguía a Yan Couto y Bellerín a Savinho hasta que se lesionó al cuarto de hora. Demasiadas sombras para el equipo de Pellegrini en ese arranque que dio cierto giro cuando Ruibal tomó el carril diestro y dio algo más de mordiente a esa zona. Comenzó a aparecer Marc Roca y, sobre todo, Ayoze. El canario trazó diagonales y se atrevía cuando el Girona parecía pensar más en atacar que en recuperar. Un control magistral del bético terminó con su disparo alejado de la meta de Gazzaniga. Pero era un aviso que igualó las fuerzas en el Villamarín.

El Girona no frenó su valentía. Ni cuando el Betis más cómodo se encontraba dañando sus espacios. Savinho volvió a encontrar un agujero y no fue incisivo ante Rui Silva. Mientras, fue Assane Diao el que desafió a la zaga visitante con una carrera que nadie pudo detener pero que tuvo un final mal ejecutado por parte del canterano cuando tenía todo a favor para marcar. Pellegrini ya sentía que su pegada volvía a estar ausente. La del Girona suele aparecer en cualquier momento y lo hizo con la irrupción de Pablo Torre, la pieza que Míchel había colocado en escena para que fuera indetectable. Y lo fue con un regate vertical que rompió al Betis antes de que Ruibal derribara a Savinho pasada la media hora. El penalti es cosa de Dovbyk. Y su calma superó la de Rui Silva. Apretó el Betis en el cierre del primer tiempo, pero había más fuerzas que ideas sobre el campo mientras Rodri trataba de disfrazarse de Isco sin que su talento fuese suficiente para desarbolar el puzle de Míchel.

Pellegrini tiró de William Carvalho deseando más balón y Míchel replegó a los suyos para cazar espacios. Tardó poco en hacerlo, pero Dovbyk erró en un remate que parecía el 0-2. Había riesgos lógicos en los verdiblancos y el Girona decidió que Savinho podía multiplicar sus arrancadas. El brasileño no tenía freno. Pero el Betis se agarró al ímpetu de Ruibal y al cansancio visitante para tener más peso en el duelo. Pellegrini revolucionó su ataque mientras Ayoze seguía poniendo la fe y el fútbol. Abde profundizaba y Assane se multiplicaba, pero fue a balón parado cuando apareció Pezzella para recoger un doble rechazo y batir a Gazzaniga con un buen disparo.

No había tiempo para mucho más, aunque Blind tuvo la penúltima y la enésima carrera de Abde puso el cierre a la locura de un ida y vuelta que no parecía ya convencer a ninguno. El Betis suspira para que regresen sus goles y pueda acudir a la caza de esas plazas europeas que parecen lejanas de momento. El Girona cierra su 2023 pensando que su sueño no es una casualidad y que alcanzar lo imposible está en sus manos.


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