BARCELONA 2-GIRONA 4 / Inmortal Girona

El Girona, tal como dijo su técnico en la previa, entra en otra dimensión tras la exhibición ante el Barcelona, al que derrotó por 2-4.

Santi Giménez
As
El Girona va muy en serio. Es un equipo que juega bien, que lidera LaLiga con solvencia en solitario y que se permitió el lujo de burrear al Barcelona por 2-4 en su campo, en un partido histórico para los de Míchel. El técnico vallecano dijo que si su equipo ganaba al Barcelona a domicilio entraría en otra dimensión. Pues bien, oficialmente han entrado en una nueva era. Son firmes candidatos a ganar LaLiga. No por ganar este domingo en Montjuïc, sino por cómo juegan. El puñetazo en la mesa de los gerundenses, liderados por un Miguel Gutiérrez sensacional, a medio campeonato es tremendo.

Se esperaba gran partido y la primera parte no defraudó. Fue un enorme partidazo entre un Barcelona que quiso dominar la pelota y un Girona que supo en todo momento meter el dedo donde más podía hacerle daño al equipo local. Los dos equipos se sentían más cómodos con pelota que sin ella, pero la transición defensiva del Barcelona era un desastre de proporciones épicas.

Por mucho que el Barcelona dominara la pelota, el Girona era una cobra en los contragolpes. Mientras los locales vivían de Pedri y del orden que podía imponer en el centro del campo buscando posesiones largas, las salidas del Girona eran letales, especialmente gracias a Tsygankov por la izquierda y a un fabuloso Miguel por la derecha.

Iñaki Peña salvó lo que pudo. En el minuto seis ya atajó una Tsygankov y en el 21 hizo otro paradón a Miguel, pero no pudo evitar el contragolpe en tres toques del Girona que acabo en 0-1 con gol de Dovbyk tras asistencia de Tsygankov a los 12 minutos. El Barça jugaba en el alambre con un sistema de vigilancias de uno contra uno y en cuanto el extremo ucraniano superó a su par y conectó con su compatriota el Girona se puso por delante en el marcador.

Pudo reaccionar el Barça gracias a un enorme gol a la salida de un córner de Lewandowski, que cabeceó un centro de Raphinha, que hasta ese momento se había topado ante un Gazzaniga espectacular. El argentino mantuvo a flote a su equipo en los peores momentos ante el brasileño, João Félix y Cancelo.

Gündogan se lamenta de una ocasión perdida.
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Gündogan se lamenta de una ocasión perdida.GORKA LEIZADiarioAS

No le tiemblan las piernas

Pero el empate del Barça no descompuso a un Girona. Al contrario, el equipo de Míchel se fue creciendo a medida que pasaban los minuto y empezó a encontrar a Savinho, inédito en la primera media hora de partido y el brasileño, con la colaboración de Miguel, asesto la segunda puñalada al Barcelona en una jugada que ni Koundé, que fue a cazar gamusinos, ni De Jong, que llegó tarde pudieron parar.

El Barça sufría, el Girona disfrutaba y el público quería más. Un partidazo en toda regla. Se jugaba a un ritmo que hasta el árbitro parecía estar dispuesto a pedir el cambio.

La segunda parte empezó con un Barcelona subiendo la presión, pero tanto Raphinha como Lewandowski se encontraron ante un Gazzaniga espléndido y aferrados a su portero, los de Míchel empezaron a amenazar la portería del barcelona en sus contragolpes.

A falta de media hora para el final, Xavi (que empezaba a escuchar, o no, pitos en la grada) dio entrada a Ferran Torres, Lamine y Balde. João Félix, al banquillo.

Pero los cambios del Girona sí que fueron decisivos. Míchel dio entrada a Stuani y Valery, que se rifaron a Araújo y Koundé para marcar el tercer gol del Girona, que estaba sometiendo al un Barça superado por todas partes. Y que apuntilló Stuani en el añadido. Un partidazo.


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