San Lorenzo volvió a ganar después de 11 fechas y se ilusiona con un lugar en la Copa Libertadores
En Florencio Varela, y con un tanto de Maroni, el Ciclón logró -ante Defensa y Justicia- una victoria muy valiosa con miras a su clasificación a la competencia continental
Ambos equipos se pasaron el primer tiempo luchando más que empeñándose por jugar, con más músculo que lucidez y creatividad. El Ciclón no logró asociar nunca a sus mediocampistas en posiciones peligrosas: Malcom Braida y el Perrito Barrios, prácticamente, no gravitaron. El paraguayo Adam Bareiro, la única referencia ofensiva de San Lorenzo, protagonizó ásperos duelos con la mayoría de los defensores locales; perdió y ganó cruces, pero nunca cerca del arco defendido por el uruguayo Cristopher Fiermarin. Es más, el número 11 fue amonestado por cometer una dura infracción (significó la quinta tarjeta amarilla y se perderá la próxima fecha, ante Central Córdoba). El delantero masculló bronca.
En un escenario mayormente chato, fue Defensa y Justicia el que más y mejores situaciones de peligro generó. La primera, a los 9 minutos: el zurdo Gastón Togni armó una estupenda acción individual, remató desde afuera del área grande y Augusto Batalla, atento, desvió el remate al córner. Apenas cuatro minutos más tarde, Alexis Soto lanzó un centro desde la izquierda para Lucas Pratto, que se filtró entre los zagueros centrales de San Lorenzo y estuvo muy cerca de anotar de derecha; Batalla, esta vez, se quedó en el área chica, dubitativo.
Pero San Lorenzo inició el segundo tiempo con pimienta, más predispuesto a hacerle daño a Defensa y Justicia. El ingreso de Gonzalo Maroni por Gastón Campi fue clave: el ex Boca le aportó más vértigo ofensivo (y mayor compañía a Bareiro). Claro que Defensa y Justicia no se amedrentó y, sobre todo desde la movilidad de Togni, siguió buscando incomodar a la última línea del Ciclón. Batalla tuvo que esforzarse para desviar al córner un remate de derecha de Togni, que luego fue invalidado por offside de Pratto (el exatacante de River le tapaba la visión al arquero).
Si el ingreso de Maroni -por inventiva y capacidad para asociarse en ataque- había modificado la estructura del equipo azulgrana, a los 15 minutos se confirmó la tendencia. San Lorenzo agarró desordenado y retrocediendo a Defensa, contraatacó con mayoría de jugadores (cuatro contra tres), Bareiro condujo la acción, abrió la pelota hacia la derecha para Barrios, éste la continuó hacia el área y, tras un rebote, la terminó empujando, de zurda, Maroni.
El gol de Maroni
El equipo local perdió la brújula, se desesperó por la desventaja. En ese contexto confuso, Togni siguió siendo el mejor, pero no tuvo buena compañía (Pratto salió reemplazado). San Lorenzo supo cómo protegerse (Gastón Hernández resultó una garantía) y salir de contraataque; los jugadores mostraron compromiso en cada rincón de la cancha, supieron administrar la energía con inteligencia y pudieron controlar los nervios, sabiendo todo lo que se jugaban. San Lorenzo terminó con un jugador menos por la expulsión de Agustín Giay (por una durísima infracción a Facundo Echevarría). Y Batalla se vistió de superhéroe sobre el final para sacar al córner un zurdazo de Togni.
San Lorenzo terminó presionado, pero resistió y logró ganar tras casi tres meses (desde el 20 de agosto, 1-0 a Lanús). En pocos días (el 23 de este mes), ambos equipos volverán a enfrentarse en las semifinales de la Copa Argentina. Por lo pronto, el Ciclón movió primero y mejor las piezas.