RAYO VALLECANO 1 - GIRONA 2 / El Girona de Míchel se corona en Vallecas

Los catalanes remontan un partido que inauguró un gol de Álvaro. Dovbyk y Savinho confirman el liderato de un Girona imparable.

Maite Martín
As
El líder es aún más líder. El Girona confirmó en Vallecas que su corona no es un farol, sino un órdago a los todopoderosos de LaLiga. Juega bonito, marca, remonta... y para muestra un botón. El Rayo salió fuerte y Álvaro abrió el marcador a los cinco minutos, pero una vez que los catalanes se desperezaron llegó la remontada. Dovbyk empató y Savinho remachó el triunfo. Y es que el sueño europeo va tomando tintes de realidad. Tanto como que Míchel siempre será patrimonio de Vallecas, su casa, que mira con orgullo cómo su niño no para de crecer.

El partido comenzó cuando Míchel pisó el césped. ‘Míchel, el nieto de la María. Bienvenido al barrio’, le recordó una pancarta en el Fondo. Vallecas le arropó, como siempre, con aplausos y coreando su nombre. “Míchel, Míchel”, atronaba, mientras El Niño saludaba emocionado. Muchos rostros conocidos. Los de toda la vida, los del cole, los del barrio, los del Rayo. Los de siempre y para siempre. Con los que empezó a escribir su historia. La de estos noventa minutos comenzó con la Franja haciéndose con el esférico y con Álvaro abriendo el marcador a las primeras de cambio, después de controlar un balón rebotado en Isi. Los locales querían más y más. Lo intentó Óscar Valentín, pero la manopla salvadora de Gazzaniga lo desvió a córner. Mumin taponó el disparo de Yangel. Una gota en el mar. Seguían los de Francisco con su asedio. El Pacha se la sirvió a Camello, una de las grandes novedades del once, aunque su cabezazo se fue demasiado alto.

Del Girona nunca hay que fiarse, porque emana peligro por todos los poros de su piel. Superó esa primera arremetida vallecana para armar después la suya. Savinho la puso desde la izquierda a Iván Martín y éste se la dejó a Dovbyk, que de tacón la mandó a portería, donde apareció un milagroso Lejeune para sacar el empate sobre la línea. Ese fue el despertar de los catalanes, bastante más activos, que hicieron recular a los madrileños hasta su área. Dimitrievski voló para atajar un trallazo de Iván Martín, pero tanto fue el cántaro a la fuente, que al final se rompió. La conexión ucraniana fue artífice del 1-1. Tsygankov burló al Pacha para servírsela a Dovbyk, que controló y ejecutó a Dimi. El Girona se había venido arriba y Dovbyk volvió a probar al cancerbero rayista con una volea sin ángulo y, a la postre, sin éxito.

El recibimiento del Fondo de Vallecas a Míchel.
Ampliar
El recibimiento del Fondo de Vallecas a Míchel. Rodrigo JimenezEFE

Yangel mandó la pelota demasiado alta y descorchó oficialmente la segunda mitad. Sonó el despertador para el Rayo, que obligó a Gazzaniga a emplearse a fondo en apenas unos minutos. El palo ayudó al guardameta del Girona a despejar un cabezazo de Camello, después el argentino repelió un disparo de Isi y Trejo estrelló su tiro en el larguero. Ratiu se sumó a la fiesta y probó a Gazzaniga desde la derecha. Era el momento de los porteros y de la tromba de ocasiones. Yangel tuvo la suya y Dimitrievski sacó una mano providencial. El partido estaba abierto de par en par. Cualquiera podía decantar la balanza...

Así pasó en el 65′. Dimitrievski se la pudo parar con la pierna a Dovbyk, pero Savinho cazó el rechace para hacer más líder al líder. Los de Míchel remontaron como sólo ellos saben, jugando de memoria, tocando, divirtiendo... Este Girona de autor reúne la quinta esencia de su entrenador. Francisco hizo cambios, pero los catalanes seguían erre que erre. El trallazo de Yangel lo tocó Dimi y el balón terminó astillando el palo. Otro más.

Nteka le metió un gran centro a Falcao, que el Tigre no pudo cazar. Con el tiempo escapándose entre los dedos, el técnico de la Franja apostó por Bebé. Para un milagro no hay nadie mejor y aquello ya sólo lo arreglaba eso. Kike Pérez y De Frutos buscaron la carambola. Agua. Stuani quiso su cuota de protagonismo. Agua también. El Rayo se despedía de su racha por obra y gracia de un líder a quien no hay quien le tosa. Míchel firmó la quinta remontada del curso y su séptimo triunfo como visitante, aunque para el Niño jugar en Vallecas siempre será jugar en casa.


Entradas populares