El
veterano delantero del Bayern criticó a sus compañeros tras la derrota y
eliminación en Copa ante el Saarbrücken de Tercera: “No es aceptable
que vayamos unos pocos a saludar a la afición”
Juanma Leiva
As
El batacazo del Bayern en el campo del Saarbrücken,
de Tercera, que dejó a los muniqueses fuera de la Copa a las primeras
de cambio, tuvo más consecuencias que las que se vieron en el campo. Y
es que mientras el estadio Ludwigspark vivía una auténtica fiesta por la
gesta de los locales, en el Bayern todo eran caras largas y gestos de
decepción. Sólo unos pocos jugadores se dignaron a ir a saludar a los aficionados que se habían desplazado para apoyarles.
Entre ellos, el veterano Thomas Müller, de 34 años, a quien no pasó
desapercibido que otros compañeros no tuvieran la deferencia de
acercarse a sus hinchas. “No es aceptable que sólo vayamos tres o cuatro a respetar a nuestra afición”, aseguró enfadado a los medios tras el encuentro.
Y
se explicó: “La gente que ha estado aquí, que ha viajado fuera de casa a
apoyarnos. Lo mínimo que puedes hacer es devolverles algo. Y no se
trata de aplaudir, se trata de mostrar respeto. También lo he comentado
en el vestuario. Es inaceptable. Cambiaremos en el futuro”, se
explicó. Sobre el partido, fue bastante claro: “Debemos felicitar al
Saarbrücken por su lucha, no fuimos inteligentes a pesar de que en el
segundo tiempo fuimos superiores. Entiendo que nuestros hinchas estén
enfadados”.
Pero no sólo la afición. “¡La decepción es enorme!”,
se quejó Christoph Freund, director deportivo, que disparó hacia la
actitud en la primera mitad: “No entiendo cómo se puede jugar una
primera parte tan mala, sin valentía, sin velocidad, sin agresividad, no
se puede competir así con nadie”.
La lesión de De Ligt
Un partido que, además del batacazo, alargó la larga lista de lesionados con la que cuenta Thomas Tuchel. La lesión de De Ligt dejó a la defensa en cuadro. “Otra vez la misma rodilla, muy doloroso, esperemos el diagnóstico”,
reveló tras el partido. Un Tuchel que tuvo que tirar en la segunda
mitad de jugadores que andaban tocados para intentar llevarse el
partido, caso de Musiala. Un riesgo que, encima, no sirvió de nada. Al
que no recurrió fue a su goleador, Harry Kane, quien no fue de la
partida y no llegó a participar. “Estaba tocado antes del partido y quería esperar a ver si le podía usar en la prórroga”. Sin embargo, no hubo necesidad de llegar al tiempo extra y el Bayern está fuera de la Copa.